Minera San Cristóbal pasa a manos de empresa canadiense, japonesa Sumitomo transfirió sus tres subsidiarias

La Mina San Cristóbal, ubicada en la provincia Nor Lípez en el departamento de Potosí, dejará de ser administrada por tres subsidiarias de la japonesa Sumitomo Corporation y la propiedad absoluta del yacimiento pasará a manos de la empresa canadiense San Cristóbal Mining Inc. (SCM), comunicó el Consejo de Administración de la compañía minera.

“Sumitomo Corporation ha anunciado que en su Consejo de Administración celebrado en la noche del 21 de enero ha resuelto transferir la totalidad de sus participaciones en tres empresas, es decir sus subsidiarias de propiedad absoluta Comercial Metales Blancos AB (Casa matriz: Reino de Suecia), SC Minerals Bolivia S.R.L. (Casa matriz: Estado Plurinacional de Bolivia) y Summit Minerals GmbH (Casa matriz: Confederación Suiza) (en lo sucesivo denominadas colectivamente las “Tres Empresas Holding”), a San Cristóbal Mining Inc. (“SCM”) en Canadá”, señala el comunicado de prensa difundido este martes.

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Sumitomo participa en la explotación de la mina desde 2006 y, desde entonces y ha comunicado que la decisión de transferir la propiedad del yacimiento forma parte de “una revisión estratégica a la luz de los cambios en su cartera de negocios”

La empresa no reveló el precio de la compra de la Mina y aseguró que mantendrá en reserva esta cifra debido a que se firmó un acuerdo de confidencialidad. “El precio de transferencia se ha determinado sobre la base de negociaciones con el adquiriente de acuerdo con un proceso de debida diligencia, y el importe es reconocido como valor razonable”, señalaron.

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San Cristóbal es considerada una de las más importantes reservas de plata, zinc y plomo de Bolivia y es una de las minas más grandes del mundo. Su explotación masiva se remonta a inicios de la década de los 90 cuando varias empresas norteamericanas impulsaron el proyecto que se consolidaría en la década de los 2000 con la transferencia del yacimiento a manos de la japonesa Sumitomo.

En 2021, la empresa japonesa había negado la venta de la Mina a un consorcio de empresas bolivianas.