Exportaciones del agro y manufacturas agrícolas alcanzan los niveles de hidrocarburos, según el INE

Las exportaciones de la agricultura más las manufacturas agrícolas han alcanzado el mismo nivel que las exportaciones totales de hidrocarburos a diciembre de 2022, según datos que se manejan desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que fueron sacados a relucir por el analista económico, Jaime Dunn.

Y es que la sumatoria del impulso económico de estos sectores abocados a la labor del campo ascendieron en la pasada gestión a $us 3.000 millones, cifra similar a la que presenta el sector hidrocarburífero nacional, de acuerdo con el reporte.

Sin embargo, el “INE separa ambos conceptos diluyendo esa nueva realidad del país”, advirtió Dunn a través de su publicación, al remarcar que “queda claro por donde va el futuro inmediato de Bolivia”, dejando entrever el papel de Santa Cruz en esta figura del aparato productivo nacional.

MIRA AQUÍ: Urge una alianza y trabajar en equipo, el mensaje del sector productivo al presidente Arce

Además, la gravitación de Santa Cruz en las exportaciones de Bolivia “es muy importante”, de acuerdo a las estadísticas que maneja el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), desde donde se refleja que -en 2022- el departamento representó 33% de las exportaciones totales de Bolivia, el 77% de las exportaciones no tradicionales, el 87% de las exportaciones de alimentos, y el 88% de las exportaciones agropecuarias.

El departamento cruceño encabeza los registros de envíos al exterior de carne bovina y derivados (100%), alcohol etílico (99,7%), azúcar (99,5%), sésamo (98,6%) y soya y derivados (98,1%), entre otros productos que son considerados parte de los no tradicionales, cuya lista asciende a 350 productos, según el IBCE.

Pero también durante la gestión 2022, Santa Cruz fue el segundo mayor exportador de hidrocarburos, con un 42%, destacando el gas natural. Es el quinto que más exportó minerales, resaltando las formas de oro en bruto y minerales de hierro (el único exportador debido a las reservas del Mutún).

No obstante, existen aspectos coyunturales que el propio Dunn hizo notar anteriormente como el dar curso al etanol hasta nuevos eventos transgénicos, así como el estímulo a la agroindustria, que serían claves para oxigenar las Reservas Internacionales, además de medidas administrativas que se puedan impulsar desde el Banco Central de Bolivia (BCB).

“Bolivia debería concentrar inmediatamente sus esfuerzos a este sector”, apuntó Dunn, al remarcar que hay muchos temas políticos de por medio que frenan este crecimiento, lo que considera como una irresponsabilidad muy grande mantener políticas como el veto a las exportaciones, la falta de seguridad jurídica o la actualización del plan de uso de suelo en las regiones de carácter productivo.

Además, Dunn puntualizó que, a diferencia de los hidrocarburos que muestran una ralentización en su crecimiento, el agro y la manufacturas derivadas de este sector duplicaron el valor de sus exportaciones en un lapso de dos años y medios, puesto que anteriormente ascendían a $us 1.400 millones y ahora aparece la cifra del INE que es de $us 3.000 millones.

Además, desde la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), el presidente Juan Carlos Farah manifestó que se deben atender temas de fondo que vienen siendo demandados por el sector productivos desde hace varias gestiones como el control estricto del contrabando y la urgente aprobación abreviada de semillas con nuevos eventos tecnológicos.

“En el último tiempo, la falta de abastecimiento oportuno de diésel es otro factor que se suma a las dificultades que encarecen la producción agropecuaria y complican la situación económica de los productores”, apuntó Farah, al advertir también un incremento de precios en los productos importados como maquinaria, equipos e insumos.

El gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, manifestó que pocas actividades tienen tantos efectos multiplicadores al resaltar que la agricultura del oriente boliviano -pese a la pandemia, las restricciones a la exportación y la falta de biotecnología- no para de crecer y sigue alimentando a millones de personas en Bolivia.

Entretanto, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) denominado “Apostar por la Agricultura para lograr una diversificación productiva”, exhibe también que la agricultura puede jugar un gran papel en el desarrollo socioeconómico de la región andina, no solo en cuanto a la seguridad alimentaria, sino por su potencial para un crecimiento más inclusivo y sostenible.

Rodríguez matizó que “la apuesta por la agricultura es ganadora”, al hacer referencia a la publicación del BID en la necesidad cerrar brechas de infraestructura es una condición necesaria para impulsar la productividad del sector agrícola y crear espacios de oportunidad para su fortalecimiento.

MIRA AQUÍ: El estímulo a la agroindustria es una alternativa para oxigenar Reservas Internacionales, según analista