El sector hidrocarburos fue el de peor desempeño en el primer semestre de 2022

Es el único sector que arroja cifras negativas, según el INE. Mientras que la minería registra una fuerte desaceleración si se toman en cuenta los números de 2021

Publicado: 20/10/2022 19:00
El PIB de hidrocarburos cayó un 9,81% en el primer semestre de 2022

Dentro de las cifras que fueron expuestas por el Gobierno nacional sobre el comportamiento de la economía al primer semestre de 2022, el sector de hidrocarburos (petróleo y gas natural) es el único que arroja cifras en rojo, con una caída del 9,81% respecto al mismo periodo de 2021, de acuerdo al reporte presentando por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este 19 de octubre.

Del mismo modo, el sector minero también es el peor posicionado de la lista, solo después del sector hidrocarburos, con un crecimiento que apenas alcanza el 2.32%.

Estos datos fueron expuestos por el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, quien expuso el comportamiento de los principales indicadores macroeconómicos en términos de precios y crecimiento, el cual refleja que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, en el primer semestre de la presente gestión, registró una variación acumulada del 4.13%

En el período 2021, la actividad económica que registró el mayor crecimiento fue la minería (minerales metálicos y no metálicos) con un crecimiento del 37,68% debido, principalmente, al crecimiento en la producción de zinc en 39,32%, a razón de la mayor demanda externa y los precios internacionales favorables, según datos del INE.

Al primer semestre de 2021, la actividad minera registraba un incremento de 53,02%, explicada principalmente por el crecimiento de los concentrados de plata (67,05%), estaño (58,88%) y zinc (50,56%). Mientras que en el mismo periodo de tiempo de 2022, la cifra alcanza solo el 2.32%.

Mientras que el sector de hidrocarburos cerró el 2021 con una cifra positiva de 2.64% (global) y en el primer semestre del mismo año alcanzó 17.19 puntos porcentuales positivos respecto al mismo periodo de tiempo de la gestión anterior, tema que resalta en el reporte del INE. A junio de 2022, la cifra es de -9,81%.

En este contexto, el analista económico Jaime Dunn recordó que en abril saltaron las alertas cuando se expuso que Bolivia pasó de ser exportador a importador de hidrocarburos y eso se refleja en que la industria de gas natural “está de capa caída”, ya que en los reportes estatales no resaltan proyectos de exploración ni hay un impulso a la exportación.

El economista José Gabriel Espinoza advirtió que el problema de la oferta para exportación en el sector de hidrocarburos explica la tasa negativa expuesta por el INE, pese a que los precios han sido favorables en los últimos meses, hay una baja producción y las importaciones fueron más caras.

Por dar un ejemplo, las importaciones de combustibles crecieron un 143% al primer semestre de 2022 comparado con similar periodo de 2021, según el INE; la compra externa de gasolina y diésel alcanzó los $us 1.772 millones a junio de 2022, frente a los $us 729 millones del primer semestre de 2021.

Mientras que el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) refleja que entre enero y agosto de 2022 registraron una caída en el volumen de 16%, aunque incrementaron su valor en un 37% (la cifra total es de $us 2.120 millones). Mientras que las ventas externas de minerales registraron un 23% de incremento tanto en valor como en volumen.

El analista Jaime Dunn observó que los números positivos se registraron gracias al incremento de los precios internacionales, mismo que ahora tienden a estabilizarse, pero dejan en Bolivia un escenario complejo tomando en cuenta que tanto hidrocarburos como minería han sido los dos impulsores del crecimiento por parte del Estado.

“Esta dinámica refleja que la economía todavía atraviesa un proceso de recuperación, donde los sectores no crecen de manera armónica, sino que todo está sensible debido a los precios internacionales. Ahora el mundo está en recesión y se consumen menos commodities (materias primas) y energía. Eso nos perjudica y muestra la dependencia de la economía sobre el contexto internacional”, apuntó Dunn, a tiempo de referir que la dinámica también afecta a otras industrias.

Y es que el reporte del INE también exhibe un comportamiento singular en otros sectores. La actividad económica que mejor desempeño tuvo de enero a junio de 2022 respecto a similar período de 2021, fue la de transporte y almacenamiento, que alcanzó una variación positivo del 10.45%, como consecuencia del crecimiento de 36.42% del servicio de transporte aéreo, y 17.45% transporte ferroviario, a razón del mayor flujo de pasajeros y carga, según cifras del INE

A esto se suman las operaciones de sectores como el de restaurantes y hoteles, enmarcados en la categoría ‘Otros servicios’, que registró una variación de 8.65%, como consecuencia del crecimiento en 12.95% del sector gastronómico y hotelero.

Por otro lado, la actividad de electricidad, gas y agua, registró variación de 7.03%, resultado principalmente del mayor crecimiento en el servicio de electricidad de 7.61%, de acuerdo con lo reflejado en el reporte del INE presentado este 19 de octubre.

Otros sectores económicos relevantes, que registraron importantes tasas de crecimiento en el período fueron los de construcción y agropecuaria, con variaciones positivas de 6.07% y 5.73%, respectivamente.

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“En los últimos años no se anotaron nuevos descubrimientos hidrocarburíferos que contribuyan a un verdadero incremento de reservas, sino que se comenzó a explotar lo que ya se tenía, lo mismo pasa con el sector de la minería y no hay nuevas inversiones porque tenemos una Ley que apunta al estatismo y no se logra tener un clima económico que sea de aliento al sector privado”, puntualizó por su parte el economista Germán Molina.

Para el economista Espinoza hay una serie de problemas de planificación, donde la política económica ha generado este escenario actual y a esto hay que sumar que Bolivia tiene un proceso de recuperación más lenta respecto a otros países de la región, donde las economías crecen a menor ritmo, pero con mayor efectividad porque ya superaron indicadores previos a la pandemia. Esto se refleja en que Bolivia aún no alcanzó los niveles de 2019.

Según el análisis de Espinoza, en los últimos meses hemos visto a un Gobierno preocupado por su economía y eso se nota al revisar las normativas y la política económica implementadas que apuntan a jalar recursos de las empresas estatales y del sector privado con la actualización de las alícuotas del Impuesto a los Consumos Específicos (ICE) de las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, “pero no se ve la misma intensidad en la protección de la economía de las familias, cuando tiene que haber un equilibrio”.

Para cerrar, Jaime Dunn puntualizó que para impulsar los índices de crecimiento hay cuatro variables o motores a tener en cuenta: la inversión, las exportaciones, el consumo y el gasto público, pero el plan económico estatal solo impulsa los dos últimos y de eso también depende ahora mismo el PIB, además del contexto internacional. Por ello sugiere activar el motor de las exportaciones y generar un escenario propicio para incentivar inversiones nacionales y extranjeras.

Hay dos motores que tenemos apagados. Es cierto que las exportaciones están activas y por una situación de los precios la balanza comercial es positiva, pero eso todavía está en riesgo porque si varían los precios internacionales podemos entrar en un déficit y no ayuda que no haya una política clara respecto a este tema”, concluyó Dunn.

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