El 84% de los trabajadores están en el sector informal y no percibirán incremento salarial

Solo 16 de cada 100 personas ocupadas en Bolivia recibirán un aumento salarial y esta situación preocupa debido a las consecuencias que pueda tener en el corto plazo, según advirtió el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, quien apuntó que se deben generar espacios para formalizar al 84% de la población trabajadora que no percibirá el beneficio anunciado por el Gobierno.

El miércoles por la noche, el presidente Luis Arce Catacora sacó a relucir el resultado de las negociaciones con la Central Obrera Boliviana (COB), de las cuales estuvieron excluidos los empresarios y cuya conclusión fue determinar un incremento salarial de 3% al salario básico y 5% al mínimo nacional.

“Solo 16 de cada 100 bolivianos se van a beneficiar, no es lo correcto cuando se deben generar políticas para todos los bolivianos. Deberíamos estar sentados diseñando políticas para formalizar la economía y un provenir para los 150.000 jóvenes bachilleres que se gradúan cada año”, observó el ejecutivo en una entrevista con UNITEL.

El dirigente sostuvo que el incremento también puede repercutir en sectores que no perciben este aumento, como panificadores, transportistas o gremiales, ya que también buscarán tener beneficio y eso puede convertirse en un ‘boomerang’ que puede tener como consecuencia mayor inflación.

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A este punto de vista se sumó el nuevo presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Jaime Ascarrunz, al exponer que los sectores informales van a procurarse un incremento salarial propio que estará fuera de los parámetros del Gobierno y que se reflejará en el aumento de precios de los productos y servicios.

Pese a este escenario, desde el Banco Central de Bolivia (BCB) mantiene la proyección de crecimiento económico de 4,86% y una inflación de 3,28% para 2023, fijados en el Programa Fiscal Financiero (PFF), informó el presidente de la entidad, Edwin Rojas.

Mientras que para este 2023, el Banco Mundial (BM) proyectó un crecimiento económico de 2,7% para el país, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé una expansión de 2% y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 1,8%.

“Lamentamos no haber sido convocados a un diálogo tripartito para que entre todos podamos trabajar juntos. Algo importante es que antes de subir sueldos nos interesa preservar el empleo digno y evitar el desempleo. Si bien las cifra son parecen excesivas no es un momento adecuado para incremento salarial para la coyuntura económica”, apuntó el presidente de la CNC.

Otros aspectos a tener en cuenta

Asimismo, hay otros factores expuestos desde la CNI como la falta de recuperación económica, es decir, no se alcanzaron aún los niveles de crecimiento de 2019 y no se creció por encima de las cifras que se tenían antes de la pandemia, al igual que resalta que Bolivia está entre los primeros cuatro países con mayor salario mínimo nacional en la región.

Y es el tema del crecimiento el que también afecta a las regiones, ya que se torna desigual si se toman los ejemplos de Chuquisaca, Potosí o Tarija, esta última región lleva años registrando déficits y uno de los puntales de su economía, como es la industria vitivinícola, ha disminuido en un 50% su producción y eso afecta a toda la cadena, según información de la CNI.

A esto se suma el retroactivo al que deben hacer frente los empleadores, ya que se deberá asumir el incremento desde el mes de enero y en este sentido “no se puede vender lo que no se vendió en meses anteriores” para hacer frente a este parámetro.

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Camacho también expuso que el sector empresarial acatará la medida, pero esperan ser convocados para la reglamentación del aumento salarial que se plasmará en un decreto supremo, de acuerdo con las previsiones que se dan respecto a este ámbito.

El titular de la CNI resaltó que no se trata de un capricho ni de una pulseta, sino que hay justificaciones técnicas que requieren readecuar y complementar el modelo económico tomando en cuenta la situación global y la coyuntura nacional.

Camacho concluyó señalando que no es fácil cerrar una empresa ni una línea de producción, en un contexto en el que asoman deudas y despidos en empresas que tienen más de 100 años y fabriles que incluso llevan más de una generación siendo empleados por los empresarios, por lo que también instó a la población a consumir lo hecho en Bolivia.

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