Argentina y Chile concentran más del 50% de la explotación del litio en el mundo, Bolivia proyecta exportar desde el 2025
Bolivia ha firmado acuerdos con empresas de China y Rusia con la intención de convertirse en un actor importante desde el 2025
Un informe difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestra que tres vecinos de Bolivia ya explotan el litio y dos de ellos son considerados líderes mundiales, mientras Bolivia tiene proyectado convertirse en un actor importante a partir del 2025.
De acuerdo al documento de la Cepal, el 2021 Argentina llegó a producir el 9.8% del litio en el mundo, mientras que Chile el 41%, entre ambos suman más del 50% de la producción global. Se cita también que Brasil ya explota comercialmente este metal.
El informe destaca también que, Argentina tiene en marcha ocho proyectos de explotación, Chile al igual que Brasil tienen un proyecto, mientras que Bolivia, según el documento, está con un proyecto en marcha que entrará en operaciones próximamente.
“Argentina es el país que cuenta con más proyectos en desarrollo. Esto se debe (...) a que tiene un marco normativo abierto a la inversión privada internacional. Sus vecinos del triángulo del litio (Chile y Bolivia), al igual que México, tienen regímenes jurídicos que asignan al litio un carácter estratégico e imponen restricciones a la inversión privada”, señala el documento.
La Cepal también señala que en América Latina cuenta con el 52% de las reservas mundiales de Litio, destaca que Chile tiene un 41% de las reservas e indica que Bolivia, al igual que México y Perú, no cuenta con estimaciones de reservas.
Según Yacimientos de Litio de Bolivia, el país cuenta con el 27% de las reservas mundiales de este metal. Además, el pasado el 29 de junio se anunció la firma de convenios con la rusa Uranium One Group y la empresa china Citic Guoan, para la industrialización del litio.
“El escenario es que Bolivia sea un actor importante desde el 2025”, manifestó Álvaro Arnez, viceministro de Energías Alternativas.
DESAFIÓS PARA LA REGIÓN
Si bien el contexto de transición energética y la expansión de la electromovilidad presentan oportunidades, también ponen desafíos a los países de la región ricos en recursos de litio. La región tiene una participación importante en la primera etapa de la cadena de valor de las baterías de litio (extracción / procesamiento). Pero en las etapas de producción de precursores, cátodos/ánodos, celdas y baterías, son China, Japón, República de Corea, Estados Unidos y Europa quienes las lideran.
En este sentido, las posibilidades más inmediatas para la región son las que se originan en las actividades de extracción y refinamiento del litio: crecimiento de las exportaciones, generación de empleo, incremento de la recaudación fiscal y creación de eslabonamientos productivos aguas arriba (es decir, los que se refieren a los insumos y equipos que se necesitan para la exploración y explotación del litio), advierte la Cepal.
De esta forma, una mayor participación de la región en los segmentos aguas abajo (es decir, los procesos productivos que usan o consumen el litio como insumo) de producción de celdas y baterías de ion litio estaría íntimamente vinculada al desarrollo de una industria de vehículos eléctricos de gran escala en la región, y requeriría de financiamiento elevado, acceso a otros minerales considerados críticos, y competencias humanas y tecnológicas.
Por otro lado, la extracción de litio tiene desafíos de naturaleza socioambiental, derivados principalmente del consumo de agua en los procesos extractivos en zonas que enfrentan alto estrés hídrico, el impacto sobre la biodiversidad y las actividades económicas tradicionales de grupos sociales que habitan los salares (desde donde se extrae mayoritariamente el recurso). Para eso, la industria del litio requerirá de regulaciones y estándares más estrictos que aseguren la sostenibilidad de la actividad, puntualiza el informe.
Si bien los regímenes de gobernanza del recurso adoptados en cada uno de los países de la región difieren profundamente, el documento formula un conjunto no exhaustivo de directrices de política orientadas a mejorar el potencial de la región para aprovechar las oportunidades que ofrece el litio y contar con mejores herramientas para enfrentar los desafíos que presenta su explotación.