Sociedad

Iglesia: “Solo Dios sabe el tiempo y el lugar, cuándo y a dónde nos conduce”

En la homilía dominical, el monseñor Stanisław Dowlaszewicz también resaltó que Cristo quiere que seamos una especie de “puerta” los unos para los otros y no un “muro” que bloquee

Unitel Digital
30-04-2023

Dios no es un Dios de rincones y grietas, sino de espacios abiertos, grandes perspectivas, amplias visiones”, fue la palabra del monseñor Stanisław Dowlaszewicz en la homilía dominical de la Catedral de Santa Cruz de la Sierra, instando a los cristianos confiar en Él, ya que “solo Dios sabe el tiempo y el lugar, cuándo y a dónde nos conduce”.

Dowlaszewicz resaltó que Jesús no está complacido con nuestros sufrimientos, penas, miedos y ansiedades y no es impotente contra ellos y no nos mantiene en nuestras dificultades.

Por ello también es importante la fe, la cual dice que Dios no es un Dios de rincones y grietas, sino de espacios abiertos, grandes perspectivas, amplias visiones, un futuro sin fronteras. Jesucristo es el Señor de la vida, no de la muerte.

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Y también la enseñanza exhibe que Jesús no bloquea el desarrollo de sus hijos, ya que los llamó a ser como él y las escrituras dicen que es “la puerta”, sino que lo sostiene dándole nuevas energías, perspectivas y horizontes. Y eso quiere decir que no es el “muro”.

“Cuando Cristo dice que él es la puerta y añade que por ella puede entrar o salir quien lo desee. Con esto quiere decir que no está cerrado. Él está siempre dispuesto a perdonarnos, a llevarnos de vuelta a Él, a hacernos sus hijos e hijas. Dios, porque es la puerta, no pone límites al perdón y a la misericordia”, subrayó el monseñor.

Es por ello que Cristo quiere que seamos una especie de “puerta” los unos para los otros, no un “muro” que bloquee, ponga límites y bloquee el desarrollo, ya que el ser una puerta no alimenta la envidia por el bien que pasa en su vida y el bien que hace, según la enseñanza.

“La fe me dice que cuando mi prójimo es bueno y feliz, yo también me vuelvo mejor y más feliz (...) Y cuando mi prójimo cae, cuando yo caigo, entonces sé que puedo levantarme, después de todo, Jesucristo, que se hacía llamar ‘la Puerta’, está abierto, dispuesto a perdonarme, a hacerme de nuevo su hijo o hija”, manifestó Dowlaszewicz

El monseñor recordó que Jesús vino al mundo solo para que tengamos vida, sino que vivamos bien, felices, en paz, en amistad.

“El único deseo de Dios es que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia. Este es el mayor y único deseo de Dios: nuestra felicidad eterna. Y aunque nos corrija, lo hace sólo para que tengamos la felicidad eterna, para que no nos perdamos más en los caminos del mundo”, concluyó.

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