“Testigo clave” de la balacera en Desaguadero se recupera y la Policía aguarda su declaración
El uniformado es el único sobreviviente del crimen perpetrado por supuestos narcotraficantes puesto que su camarada, otra sargento, y una persona civil murieron con disparos de bala dentro de un vehículo. Otros cinco uniformados están en la cárcel.
La salud del sargento de la Policía que fue herido en la balacera de Desaguadero, en la frontera con Perú, mejora de manera, según la Policía que espera los requerimientos fiscales para que el uniformado declare.
“Hemos tomado conocimiento, han hecho seguimiento por parte de los investigadores de que (el uniformado) sí estaría evolucionando favorablemente”, indicó el jefe de la División Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de La Paz, el mayor René Tambo.
El uniformado es el único sobreviviente del crimen perpetrado el 22 de septiembre pasado por supuestos narcotraficantes puesto que su camarada, otra sargento, y una persona civil murieron con disparos de bala dentro de un vehículo.
La Policía y la Fiscalía indagan el caso en reserva bajo la figura penal de homicidio.
“Conforme al procedimiento vamos a cumplir los requerimientos que emita el Ministro de Público. Obviamente, estamos bajo la espera que se rehabilite, de acuerdo a su salud, para proceder a la toma de declaraciones”, añadió Tambo.
Por su lado, el director departamental de la Felcc, coronel Omar Zegada, confirmó que “tenemos informes de que esta persona ya habría salido de terapia intermedia y habría pasado a sala común”.
Cinco uniformados que están vinculados con este caso fueron enviados a la cárcel con detención preventiva.
En la imputación, la Fiscalía reveló que estos uniformados “solo observaron cómo los mataron y no hicieron nada, no se prepararon, no llevaron armas largas, solo fueron cinco cuando deberían ir dos patrullas de policías”.
“Los imputados tampoco hicieron la persecución de los asesinos narcotraficantes para atraparlos”, reseña el documento al que tuvo acceso UNITEL.
Los investigadores sospechan que este caso está vinculado con un “volteo”, es decir, los uniformados ejecutaron un operativo ilegal para quedarse con la droga.