La trágica historia de La Sirenita que Disney no contó en el cine

El más reciente éxito cinematográfico repite la historia contada en la versión animada, que ignora el verdadero y triste final creado por Hans Christian Andersen

Publicado: 05/06/2023 08:50
La nueva versión de La Sirenita

Disney triunfa una vez más en la industria del cine con su adaptación de la clásica historia de una pequeña sirena que se enamora de un hombre humano. Esta narrativa ha pasado de generación en generación y recientemente ha llegado a la pantalla grande con una nueva película La Sirenita, versión ‘live-action’ de la cinta animada de inicios de los años 90.

Sin embargo, es importante destacar que la versión presentada por Disney es una interpretación más suave y amigable en comparación con la historia original, que posee un tono mucho más oscuro y tétrico que la que recordamos de nuestra infancia.

MIRA AQUÍ: ¿Éxito o fracaso? Esto es lo que ha recaudado La Sirenita en una semana en cines del mundo

La historia que todos conocemos fue escrita por Hans Christian Andersen, un renombrado autor danés reconocido por sus cuentos de hadas, entre ellos “La Sirenita”, “El Patito Feo”, “El Traje Nuevo del Emperador” y muchos otros relatos fascinantes.

La trama de “La Sirenita” sigue aproximadamente el siguiente curso: una sirena de medio cuerpo humano y medio pez se enamora de un hombre. Para poder estar con él, decide intercambiar su hermosa e hipnotizante voz por un par de piernas.

Hasta aquí, la historia coincide con la versión de Disney. Sin embargo, a partir de este punto, las similitudes desaparecen. En primer lugar, cuando el apuesto humano se encuentra en peligro, la sirenita lo salva sin que él sepa que fue ella quien lo rescató.

Eventualmente, la sirenita le pregunta a su abuela si los humanos viven para siempre. La abuela explica que los humanos viven menos que las sirenas, aproximadamente 300 años. Sin embargo, cuando los humanos mueren, sus almas inmortales ascienden a los cielos, a diferencia de las sirenas, que se convierten en espuma de mar al fallecer.

Al escuchar esto, y anhelando tener un alma eterna que se eleve al cielo en lugar de convertirse en espuma, la sirenita realiza el trato de cambiar su voz por un par de piernas, perdiendo así su estatus de sirena y convirtiéndose en humana.

La bruja con la que hace el pacto le advierte que, una vez convertida en humana, nunca podrá regresar al mar. Además, cada vez que sus pies toquen la tierra, sentirá un dolor agudo, como si estuviera pisando espadas clavándose en sus pies.

Finalmente, la sirenita solo podrá obtener un alma eterna si el príncipe la ama y se casa con ella; de lo contrario, morirá como sirena y se convertirá en espuma. Como era de esperar, todo sale mal, especialmente cuando intenta bailar con el príncipe y siente un dolor insoportable con cada paso que da.

En un desenlace completamente diferente, el príncipe termina casándose con la princesa del reino vecino, creyendo que fue ella quien lo salvó de morir ahogado. La sirenita, con el corazón roto, recibe una daga encantada de sus hermanas, quienes la obtuvieron al intercambiar sus cabellos con la bruja. Esta daga tiene el poder de devolverle su condición de sirena si la utiliza para matar al príncipe y deja que su sangre corra por sus piernas.

Pero una vez teniendo al príncipe durmiendo frente a ella, no lo asesina y decide morir en el mar como sirena. Cuando el príncipe despierta y la ve metiéndose al mar, intenta detenerla pero ya es tarde, ella se convierte en espuma. Al ver eso, el príncipe se da cuenta que fue la sirenita quien realmente le salvó la vida.

MIRA AQUÍ: El comentario racista que sufrió la actriz de La Sirenita en una entrevista en vivo en México

Pero gracias a su corazón puro y buenas acciones, el espíritu de la sirenita se hace parte de las hijas del aire. Quienes le dan la bienvenida y le dicen que aún tiene la oportunidad de obtener un alma inmortal. La manera de hacer eso es realizando buenas acciones por 300 años. Después de los cuales su alma podrá elevarse al cielo y vivir ahí eternamente.

Eso si, por cada niño bueno que se encuentre en el mar, tendrá que esperar un año menos. Pero por cada niño malo, será un día más de espera.

Tags