“Ya no es un sueño que me encontraron, ya tengo ánimo de sonreír”, expresa Jhonattan, quien estuvo 31 días en la selva

Jhonattan Acosta estuvo 31 días extraviado en la selva de Baures, en Beni. “El hombre milagro” que estuvo en la selva cerca de jaguares y peleó con puercos de tropa, ahora está junto a su familia.

Sus familiares no se cansaron de buscarlo y hoy pueden volver a abrazarlo. “La verdad que ya tengo ánimo de sonreír. Ya me creo que me encontraron, que esto es una realidad. Ya no es un sueño, estoy muy contento y agradecido”, dice el joven después de cuatro días de haberse reencontrado con sus seres queridos.

Su estado de salud es estable, está en su vivienda junto a sus familiares, pero tiene un sin fin de historias de lo que vivió en estos 31 días en la selva. De este tiempo, recuerda que veía sobrevolar avionetas, pero jamás imaginó que desde estas le lanzaban agua y comida, con la esperanza de que él las encuentre.

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En este mes, su objetivo era llegar a la orilla del río y desde ahí rodearlo, para así poder retornar donde sus familiares.

Escuche el testimonio de Jhonattan:

“Agradezco a las personas que nunca bajaron los brazos”, expresó sentado en una silla en su vivienda. Hoy luce muy distinto a como sus allegados lo conocían: bajó 17 kilos en la selva, ya no tiene su cabellera crespa, hoy está rapado.

En el monte, en los 31 días calendario, pero incontables para Jhonattan, él caminó 40 kilómetros, algunas veces volvía a pasar por los mismos lugares, se daba cuenta porque encontraba las hojas grandes con las que recolectaba agua de lluvia.

En medio de la selva, intentaba dormir, en alguna ocasión despertó cuando un animal le mordía la bota, lo que lo dejó lesionado.

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El 25 de febrero seguía caminando en la selva, como tantos otros días con la esperanza de llegar a encontrar a alguien y fue entonces que vio de lejos a un grupo de personas. Al intentar acercarse a ellos, cayó a un espinal, como ya no pudo avanzar, les gritó desesperadamente para que lo auxilien.

“Por favor, vengan. No tengo machete (para pasar el espinal). Tenía Bs 80 o 100 en mi bolsillo y les dije que por favor me ayuden, que les iba a pagar”, recuerda.

Uno de los rescatistas preguntó ¿Eres tu Jhonattan?, el joven contestó, sí. Luego de ese momento, este joven expresa que la alegría que él sintió, también la vio reflejada en el rostro de las personas que lo encontraron.

Los hermanos de Jhonattan nunca perdieron la esperanza de encontrarlo. Carla, Milade, Birno y Horacio ahora lo pueden volver a abrazar.