El cementerio de Mercedario ahora es un crematorio a cielo abierto y siguen “exhumando” los restos

Una avalancha de malos olores inunda el cementerio de Mercedario de la ciudad de El Alto. El intenso calor se suma al humo de las “cremaciones” que ahora dominan el camposanto en medio de la desesperación de los familiares que siguen buscando restos.

El lugar se ha convertido en un crematorio de restos humanos a cielo abierto. Algunas personas llegan al camposanto y queman ataúdes, restos de sus seres queridos y sus pertenencias sin ningún tipo de control.

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Los visitantes y vecinos están preocupados por esta situación y advierten sobre posibles problemas de salud.

Ni el compromiso de investigación que planteó la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, ha logrado frenar que la gente se lleve los ataúdes.

En la posesión de la nueva autoridad responsable del tema, y tras destituir a su antecesor y los colaboradores, denunció que en medio de las protestas profanaron la tumba de su padre.

Las familias llegan al cementerio con combos y sin ningún tipo de protección o vestimenta de bioseguridad. Rompen las tumbas y sacan con las manos los ataúdes. Luego les echan alcohol y un fósforo, es suficiente para “cremar” el cuerpo.

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Ese procedimiento lo realizan decenas de personas desde el pasado lunes. Una mujer contó a la red UNITEL que “con una oración, fe y el amparo de su ser querido no se enfermará”, pero sabe que está en medio de una zona de contaminación

Mientras se extiende la negra humareda, otro grupo de personas continúa “exhumando” decenas de cuerpos.

“Exhumaciones”

Inclusive quienes no se han visto afectados por el plan de reordenamiento y pagaron para renovar las autorizaciones decidieron llevarse los cuerpos a como dé lugar y sin ningún tipo de control.

Por su lado, algunas personas hacen vigilia de día y de noche. Temen que los restos de sus “almas” sean sacadas de sus féretros o desaparezcan. Algunas personas denunciaron que hallaron restos entre los escombros de los nichos ya derruidos.

Algunas personas entrevistadas por este medio cuentan que se llevarán los restos a cementerios de zonas rurales, donde está garantizado su “eterno descanso”.

Otros, simplemente encienden una fogata para quemarlos, o por lo menos tratar de reducirlos a cenizas.

Las exhumaciones se realizan luego de que la alcaldía decidió despejar un sector del cementerio para comenzar la construcción de pabellones. Ya no hay espacio y los nichos libres son cada vez menos.