Comercio y migración con Chile serán abordados por Arce en parte de su discurso por el 23 de Marzo, según ministro Novillo

Este jueves desde las 7:00 se iniciarán los actos protocolares en conmemoración del 23 de Marzo. Durante el acontecimiento, está previsto que el presidente Luis Arce brinde un discurso en el que abordará desde temas históricos hasta otros relacionados con Chile.

En contacto con los medios, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, manifestó que el discurso del presidente será prudente en cuanto al tiempo; sin embargo, se abordarán al menos cuatro aspectos.

“Se abordará desde lo histórico, de las relaciones internacionales, sobre los recursos naturales. El tema migratorio y comercial, son temas que necesitamos abordar”, afirmó Novillo, en contacto con la prensa.

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El ministro considera que se debe trabajar en un acercamiento con Chile; sin dejar de lado la demanda de una salida al mar soberana para Bolivia.

“Los actos están previstos desde las 7:00 de la mañana”, manifestó Novillo.

Tras las palabras de Arce se realizará un desfile cívico en el que las instituciones públicas y privadas rendirán homenaje al 144 aniversario del litoral boliviano.

23 DE MARZO

Cada 23 de marzo en Bolivia se recuerda la primera batalla de la Guerra del Pacífico y la hazaña de Eduardo Abaroa, héroe del Topater en la defensa de Calama tras la invasión de Chile al departamento del Litoral.

Cuando estalló la guerra, Abaroa trabajaba en una mina de plata, tenía su propio negocio, su trabajo lo llevó a Calama y allí, se alistó como voluntario en la brigada heroica organizada por Ladislao Cabrera, señala un documento del Ministerio de Defensa de Bolivia.

Casado con Irene Rivero, padre de cinco hijos Amalia, Andrónico, Eugenio, Antonia y Eduardo. Se lo recuerda por su valentía y su célebre frase: “¡Que se rinda su abuela...Carajo!”, que trascendió las fronteras.

La primera biografía del héroe la escribió el coronel chileno Villagrán en 1880, quien se refiere a él de la siguiente manera: “No investía carácter militar, pero era boliviano y sobre todo un buen patriota”.

Tras su muerte a la edad de 41 años, su cadáver fue recogido por las tropas enemigas y se lo sepultó, silenciosamente, en el cementerio del pueblo de Calama, a las cuatro de la tarde del 23 de marzo de 1879.

Su epitafio pudo ser lo que le dijera alguna vez a Ladislao Cabrera: “Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo”. Posteriormente, en 1952 sus restos fueron trasladados a Bolivia donde se le rinde homenaje en todo el país.

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