Por no pagar un pollo asado, condenan a una pareja de esposos a casi 14 años de prisión

La pareja ya cumplió cuatro años de detención, se ven una vez al mes por 50 minutos y señalan que tomaron la comida en un momento de desesperación

Publicado: 24/03/2023 18:08
[Foto ilustrativa: AFP] / Pollo asado.

Sandra de Pilar, de 52 años de ead, y Mauricio, su esposo, cumplen una condena de casi 14 años de prisión en las cárceles colombianas de El Buen Pastor y La Picota, respectivamente, por comer un pollo sin pagarlo. La mujer relató que el hecho sucedió en un momento de desesperación.

“Me llaman del colegio de mi hijo para decirme que se había desmayado, y yo sabía que el niño se desmayó por hambre”, relató entre lágrimas la mujer para explicar las razones de su acto.

Contó, en contacto al medio ‘City TV’, que ingresaron a un centro comercial y tomaron un pollo asado, pero los guardias de seguridad se percataron del hurto y llamaron de la Policía para reportarlos.

Agregó que estuvieron unas horas en celdas policiales y luego los soltaron. Pasaron los meses y la familia pudo estabilizarse económicamente.

Sandra relató que junto a su esposo comenzó a vender almuerzos, desayunos, masas y preparar comida para fiestas. Sin embargo, en medio de otro conflicto, llamaron a las autoridades y se enteraron de algo que les cambió la vida.

“Me dice el agente: ‘doña Sandra permítame la cédula para terminar la diligencia’, y me dice: ‘póngase otro saco y unos zapatos porque nos vamos’, y de una vez déjeme ver la cédula de su esposo, entonces dijo el agente: ‘sí, don Mauricio, también póngase unos zapatos y otro saco porque nos vamos, tienen un llamado de 13 años y 8 meses’”, relató la mujer.

La pareja luego se enteró que había sido condenada por el delito de uso de menores de edad para cometer hurto.

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Sandra, en el penal, se dedica a ser profesora y representante de Derechos Humanos; sin embargo su esposo se encuentra delicado de salud.

“Si mi esposo sale vivo de la cárcel, es un milagro. Si logramos pasar esta juntos los dos, es un milagro”, dijo.

Ambos ya llevan cuatro años privados de libertad y sólo tienen permitido verse 50 minutos al mes. Su hijo ya cumplió 17 años de edad y sueñan con rencontrarse como familia.

“No voy a descansar un solo día para luchar por mi libertad, porque no se me hace justo que yo esté aquí”, contó y señaló que busca reducir su condena.

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