¿Cómo un cigarro mal apagado por un pasajero provocó uno de los peores accidentes aéreos de la historia?

El destino del Boeing 707 era París. El avión con el número de vuelo 820 despegó de Brasil, pero nunca llegó a destino por una imprudencia cometida por un pasajero que se entró a fumar al baño del avión.

El 11 de junio de 1973 este Boeing despegó del Aeropuerto Internacional de Galeão, Río de Janeiro, con destino a Paris con 134 pasajeros a bordo. Cerca de las 3:00 el vuelo de la empresa Varig emprendió el viaje, según relata El Clarín.

El viaje estuvo bien, pero al sobrevolar el continente europeo, las alarmas de incendio se encendieron y comenzó la desesperación entre los tripulantes y pasajeros.

El capitán de la nave, Gilberto Araujo Da Silva informó de la situación a su tripulación para detectar el origen del fuego. En paralelo emitió una señal de Mayday a tierra para que le habilitaran un aterrizaje de emergencia.

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Las azafatas y el resto de la tripulación buscaban sin éxito el origen del fuego mientras que la cabina de pasajeros se llenaba de un intenso humo que no solo afectaba la vista sino que comenzó a impedir la respiración de los pasajeros.

Tras esta operación le asignaron la pista número 7 y ya con las mascarillas colocadas en las caras de los pasajeros comenzaron a descender a toda velocidad.

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Esto provocó que los pasajeros se desmayen y al mismo tiempo, la cabina de la tripulación se llenó de humo por completo e hizo que todo se salga fuera de control. Con muy poca visibilidad, conscientes de que la situación era crítica, los pilotos decidieron aterrizar en un descampado.

El avión impactó en Saulx-les-Chartreux, un pequeño pueblo francés de 5.000 habitantes. El impacto fue tan duro que la situación se volvió aún más dramática de lo que era, relata en el artículo el medio. Por el golpe las alas se rompieron y los motores se desprendieron. El fuselaje no sufrió daños, pero un nuevo incendio comenzó en el avión.

Tras el accidente, 10 personas, todos tripulantes, lograron sobrevivir. El resto de los pasajeros quedaron atrapados en el avión, envuelto en llamas y humo. En total, 124 personas fallecieron producto de la asfixia o calcinados por el fuego.

Sobre las causas del accidente, la principal hipótesis de los investigadores es que un pasajero fue al baño y tiro la colilla mal apagada en el tacho de basura, iniciándose de esta manera las llamas y desprendiéndose el humo. Ese descuido se llevó la vida de más de 100 personas.

Otra hipótesis que surgió es que se trató de una posible falla eléctrica en los baños de la aeronave, aunque tenía menos crédito.

Tras la tragedia, la Federal Aviation Administration (FAA) promulgó una directiva que obligaba a “instalar avisos que prohíban fumar adentro de los baños y desechar cigarrillos en los cestos de basura, además de establecer un procedimiento para anunciar a los ocupantes del avión que el fumar dentro de los baños está prohibido; instalar ceniceros en ciertos lugares; e inspeccionar que las tapas de los depósitos de desechos de los baños operen correctamente”.