La sequía deja sin papa a La Paz y las pérdidas son cuantiosas

El precio de la papa comenzó a subir desde fines de 2022. El incremento fue gradual y, al principio, la gente creyó que se trataba de un ajuste casi normal por las fiestas de fin de año. Muy pocos repararon en lo que ocurría en las zonas productoras de La Paz, la sequía estaba “matando” los cultivos.

Cada año, la campaña de siembra de papa en el altiplano paceño comienza entre finales de octubre y principios de noviembre. Pero la falta de lluvia obligó a los agricultores a retrasar la siembra. En el altiplano no llueve hace meses y no lloverá hasta marzo.

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“Poco es lo que está llegando y lo poquito ha subido harto”, cuenta una comerciante del mercado de Villa Dolores, en la ciudad de El Alto.

Lo peor llegó a mediados de enero. Una fuerte helada “quemó” por completo los sembradíos de papa y los agricultores no saben cómo enfrentar el desastre.

Los efectos de la sequía y helada se sienten en los mercados y en la canasta familiar. La papa está más cara. Lo que en diciembre se comercializaba entre 60 y 65 bolivianos la arroba, ahora cuesta entre 85 y 90 bolivianos; es decir, hay un incremento de alrededor de 30 bolivianos.

“Son pequeñitas papas, ya no va a dar, 20 por ciento cosecharán, 80 por ciento seremos afectados”, señala María Mamani, agricultora del municipio de Chua.

Según la Asociación de Gobiernos Municipales de La Paz, en la campaña agrícola 2022-2023 se sembraron 89.000 hectáreas de papa. Hasta ahora, más de 9.000 hectáreas de esos sembradíos se perdieron por la helada, una cosecha que alcanza para alimentar a 600.000 personas. A la fecha, se reportaron 23 municipios afectados.

No hay un dato exacto sobre la cantidad de tubérculo que se perderá por el clima en el altiplano norte y central de La Paz, pero se avizora que producto escaseará.

“No va a haber mucha papa, ojalá por lo menos lo mínimo haya en esta gestión”, sentencia Nery Mamani, secretario de Desarrollo de Sica Sica.

La crisis también golpea en el área rural puesto que la mitad de lo que se produce es para el consumo familiar.

En las comunidades de la zona central y el norte del altiplano paceño, donde se encuentran el 85 por ciento de los sembradíos de papa, los productores invirtieron su dinero en semilla.

En las comunidades, crece el sentimiento de que están abandonados por el Estado. Piden acciones y una declaratoria de emergencia.

El departamento de la Paz tiene potencial para la producción de papa, en 67 de los 87 municipios se siembra el producto, pero ahora, con esta sequía, muchos lamentan que no tendrán ni para comer.

Algunos productores ya piensan en migrar y buscar otro futuro.

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