Humo en la ciudad de La Paz, donde respirar fue un riesgo para la salud
Todo empezó en septiembre. El Parque Nacional de Cotapata comenzó a arder. Era el inicio de una cadena de incendios. A cientos de kilómetros del fuego, las consecuencias comenzaron a hacerse visibles: las personas enfermaron por efecto del humo
Durante varias semanas los paceños vieron cómo su cielo azul se transformó en uno de color plomizo. No era neblina, era el humo que activó las alarmas, una mala señal en los índices de contaminación atmosférica, que sobrepasaron la cota de las 100 partículas por millón.
Ese tipo de aire provoca que respirar sea un riesgo para la salud. De hecho, las autoridades exhortaron a los habitantes de la ciudad a usar barbijos como en la pandemia de coronavirus.
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Todo comenzó en septiembre. El Parque Nacional de Cotapata comenzó a arder. Era el inicio de una cadena de incendios en 32 comunidades, que luego se declararon en emergencia.
Mientras el fuego se abría paso, el humo cubría la ciudad. Cientos de hectáreas de cultivos y el ahorro de toda una vida de los comunarios quedaron en cenizas.
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Las lluvias no llegaban y la sequía jugaba un papel crucial en medio de este panorama adverso. Para octubre, las quemas se salieron de control hasta poner al país al borde del desastre ambiental.
Bomberos, voluntarios y militares luchaban contra el fuego que ingresaba a parques nacionales; sin embargo, ni una sola persona fue detenida como responsable de los incendios. Se presume que las llamas fueron provocadas.
Consecuencias
Avivados por la sequía, el calor, los fuertes vientos y el escaso equipamiento y respuesta estatal, el fuego avanzó mientras los comunarios pedían ayuda.
A cientos de kilómetros del fuego, las consecuencias comenzaron a hacerse visibles: las personas enfermaron por efecto del humo.
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La evidente contaminación obligó a las autoridades a suspender las clases durante dos días. Así lo confirmó el ministro de Educación, Edgar Pary, quien atribuyó la decisión al humo.
En los Yungas y el norte del departamento de La Paz aún se esperan las lluvias para apagar los incendios.
La tierra arrasada por el fuego parece cicatriz sobre los parques nacionales, reservas forestales y laderas de cerros y las zonas de cultivo que solían ser verdes.
A continuación, el informe especial que preparó UNITEL en el siguiente video: