Ya falta el dinero y suman perjuicios, denuncian viajeros en el tercer día de bloqueo en la vía nueva Cochabamba-Santa Cruz
Pasajeros varados aseguraron que no tienen más dinero para realizar el trasbordo y pernoctan junto a transportistas en los buses.
Se cumplió el tercer día del bloqueo en la carretera nueva entre Cochabamba y Santa Cruz, en Colomi, por un conflicto de límites con Villa Tunari. Pasajeros varados aseguraron que no tienen más dinero para realizar el trasbordo y pernoctan junto a transportistas en los buses.
“Sin dinero ya, apenas venimos con el dinero justo para llegar a casa al día. Traemos dinerito para eso nomás, para el pasaje, para un plato de comida, después ya no sobra dinero, no lo tenemos, anoche de frío hemos dormido”, contó una pasajera.
Otra mujer con su hija contó que está con “un par de monedas y no tienen para comprar comida para su hija”.
La situación afecta a pasajeros, transportistas, productores y otros que no pueden llegar a su destino.
Este viernes, los bloqueadores sacaron un voto resolutivo en el que señalan que “están predispuestos al diálogo con la ministra de Presidencia María Nela Prada”, pero no así con el viceministro de Autonomías, Álvaro Ruiz.
Por su parte el Gobierno nacional, mediante la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, afirmó que el conflicto de límites en Colomi debe resolverse en el ámbito departamental y, en ese marco, ofreció su acompañamiento en este proceso en medio de los bloqueos en la ruta hacia Santa Cruz.
Cientos de camiones, buses y vehículos particulares se encuentran varados.
Los pobladores del lugar instalaron al menos tres puntos de bloqueo en rechazo a la cartografía presentada por el INE y conflictos de límites con Villa Tunari.
Las comerciantes, que llevaban frutas, verduras y otros alimentos hacia el trópico, decidieron ofertar sus productos en la carretera con la esperanza de recuperar algo de su inversión antes que los productos se malogren.
“Queremos recuperar, pero no hemos vendido nada. No hay gente, los bloqueadores nomás están aquí y no nos dejan meter por dentro. A pie queremos meter, no nos dejan”, contó una vendedora de pan.