Discursos cruzados por el Censo y coincidencias sobre la necesidad de una agenda común abren la Expocruz
El presidente del Estado y el presidente de Expocruz coincidieron en algunos puntos sobre la economía: Se están perdiendo oportunidades y es necesario un trabajo conjunto
Estado y privados pueden haber encontrado puntos de convergencia en la inauguración de Expocruz 2022: se están perdiendo oportunidades y se necesita una agenda de trabajo conjunta. Así lo dijeron en sus discursos Óscar Mario Justiniano, presidente de Expocruz y Luis Arce Catacora, presidente del Estado, en un acto donde la política estuvo presente, pero ya no fue protagonista, como sucedió el año pasado, cuando el primer mandatario fue abucheado. Sin embargo, hubo un cruce de declaraciones sobre el censo, definido por Justiniano como una necesidad urgente para atender las necesidades de la población; pero que se hará “con consenso”, según Arce, que una vez más hizo referencia a la reunión del Consejo de Autonomías que pospuso el empadronamiento. Ambos tuvieron el cuidado de no mencionar la fecha de realización, que es el centro de la polémica.
Arce Catacora compartió la testera con Justiniano y con el presidente de la Cámara de Industria y Comercio, Fernando Hurtado; el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Luis Barbery, y el alcalde de Santa Cruz de la Sierra, Jhonny Fernández. Como estaba anunciado, no asistió al acto el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
Cuando llegaron a la testera, las autoridades políticas y empresariales no se dieron la mano, pero cuando comenzó la música, el ambiente se fue distendiendo. Cuando llegó el turno de la morenada, ya los cinco de la testera reían y acompañaban el ritmo con las palmas. Eso fue justo antes del discurso de Óscar Mario Justiniano.
El presidente de Expocruz comenzó haciendo un homenaje al trabajo de los hombres y mujeres que hace 60 años, en una Santa Cruz de apenas 90.000 habitantes, tuvieron la idea de hacer una Feria Exposición que hoy es la más grande de América Latina.
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CRUCE POR EL CENSO
Justiniano habló también de Julia Quisbert, una abuela de cuatro niños que cuando tiene problemas de salud debe madrugar para conseguir una ficha para el médico en una posta de la ciudad. También habló de la aspiración de Julia (crespa, sonriente y de chaleco rojo sobre una blusa a rayas, según la foto que se proyectó en la pantalla) de que sus nietos vayan a una escuela digna. Dijo que como Julia hay muchas cruceñas y muchos bolivianos que demandan salud y no la tienen, y que justamente para eso es el censo, para saber cuáles son las necesidades de los bolivianos y adónde deben ir los recursos.
Dijo que el censo es para darle condiciones básicas a todos los bolivianos y por eso es urgente. No mencionó fechas ni plazos, pero dio un mensaje a todos los políticos: “Un censo sin necesidad de confundir a la población con falsas acusaciones, creando tensiones o enfrentando peligrosamente a los bolivianos”.
También envió un mensaje a los gobernantes de turno: “Dejen de hacer política con el censo. Aportemos con ideas progresistas”. Con estas palabras se ganó los aplausos de las dos barras, la de Arce, integrada por parlamentarios, ministros y viceministros; y la opositora, integrada por asambleístas de oposición.
Esto fue respondido luego por Arce en su discurso, cuando se refirió al eslogan “censo con consenso” y habló de las reuniones de socialización realizadas en las nueve capitales de departamentos más El Alto. Sin embargo, el presidente del Estado tampoco habló de plazos ni puso fechas, por lo que la protesta de los parlamentarios opositores duró pocos segundos.
LA ECONOMÍA, PRIMERO
Justiniano usó el resto de su discurso para hablar de economía. Habló de Expocruz como una metáfora de Santa Cruz: un espacio de unidad, de generación de oportunidades para todos. “Cuando hablamos de progreso para todos, hablamos de Expocruz”, lanzó. “Aquí no hay un emprendimiento chico si este nace con un sueño grande”, añadió.
Luego buscó puntos en los que Estado y privados convergen, como en la necesidad de crear empleos para los más de 100.000 jóvenes que se integran a la vida laboral todos los años y que no encuentran trabajos formales. “Solamente les queda la informalidad o la migración”, recordó.
“Proteger al trabajador es crear empleos formales”, dijo.
Después hizo un reconocimiento al modelo reivindicado por Arce: Bolivia tiene un modelo productivo con cuatro actores (Estado, privado, cooperativo y comunal). Pero demandó atención al sector privado con dos aclaraciones y una propuesta: el rol del privado es fundamental; se necesitan políticas de Estado y no de Gobierno, y se debe construir una gran agenda con todos los actores, en la que el Estado y los privados demuestren que no trabajan desde distintas orillas.
Para el presidente de Expocruz, esto implica liberar trabas, revisar normativas laborales, archivar proyectos de ley que atentan contra sostenibilidad y ser inflexibles con prácticas delictivas como el contrabando y los avasallamientos de tierras. Para ese momento, Justiniano ya tenía el apoyo de los privados, pero también de Arce, que aplaudía desde su asiento.
Justiniano comenzó a cerrar su discurso: “Pedimos reuniones y agendas de trabajo, no para la foto, porque eso nos trae críticas y más críticas”, dijo en primer lugar. “Necesitamos crear un modelo de desarrollo nacional que potencie todos los pisos agroecológicos, creando trabajos dignos”, añadió. “Los actores privados sabemos qué es desarrollar un negocio, pero también sabemos qué es perder oportunidades”, remató.
Luego, volvió a sentarse a la testera, al lado de Arce, quien tomó el micrófono después de que la saya afroboliviana pusiera a aplaudir a toda la concurrencia.
LA RESPUESTA DE ARCE
El presidente comenzó reconociendo los logros de Expocruz. Habló de las cifras de la feria, de los 400.000 visitantes, de los 350 millones de dólares en intenciones de negocio, para luego hablar de las cifras de su Gobierno: inflación acumulada menor al 2%, crecimiento del 6% en los depósitos y 8% en los créditos. Récord de recaudaciones impositivas hasta agosto y balanza comercial con superávit de más de 1.200 millones de dólares. Habló de lo mal que la están pasando en Estados Unidos y Europa con la inflación de alimentos, recalcó que no seguirá las recetas del FMI y citó la producción de urea nacional y de la instalación de una planta de fertilizantes como inversiones que favorecerán al agro.
Ya al final de su discurso, comenzó a responder a Justiniano. Primero lo hizo en clave política: “Hay que trabajar de manera conjunta para dar certidumbre a nuestra población”, dijo y aseguró que la estabilidad política, social y económica es patrimonio de todos y que cuando hay inestabilidad sufren las empresas, desde las micro, hasta las grandes.
Después vino la propuesta convergente con el discurso de Justiniano: “Estamos perdiendo oportunidades; sin embargo aún estamos a tiempo para no desaprovecharlas del todo”, dijo Arce, antes de proponer “una agenda conjunta que permita salir a nuestro país nuevamente ganador”.
Le propuso a Justiniano avanzar “juntos y a paso firme” hacia la diversificación económica, seguridad alimentaria, industrialización con sustitución de importaciones y crecimiento con justicia social.
Al final, vinieron los elogios: “Estoy seguro de que generando este tipo de espacios de encuentro, de diálogo, con complementariedad, daremos un salto económico y social cualitativo”, dijo, y volvió a la testera para sentarse junto a Justiniano.