En 2025, la exportación de gas no alcanzará para cubrir el subsidio de los combustibles, señala la Fundación Milenio
Milenio identifica una serie de factores que están contribuyendo a la crisis energética: La disminución de la producción de gas, la reducción de la demanda externa y el crecimiento del consumo interno
Las proyecciones para el año 2025 muestran que los ingresos de exportación de gas natural no serán suficientes para cubrir el costo de los subsidios a las importaciones de combustibles. Esto aumentará la presión sobre el Tesoro General de la Nación (TGN), que ya enfrenta un déficit fiscal elevado, según un estudio de la Fundación Milenio.
En este sentido, Bolivia se enfrenta a una crisis energética que amenaza su seguridad energética y su economía en este informe denominado “Una tormenta perfecta amenaza al sector de hidrocarburos”.
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“De la proyección de los subsidios e importaciones de hidrocarburos al año 2025, se infiere que bajo cualquier escenario de precios del crudo (70, 85 y 90 dólares por barril de petróleo), en los próximos tres años, los ingresos de exportación de gas NO alcanzarían para cubrir el subsidio de importación de combustibles”, señala la Fundación Milenio.
Los expertos explican que en 2007, se tenía 7 dólares provenientes de la exportación de gas por cada 1 dólar que se gastaba en importar combustibles. En 2022, la relación ya era de 0.69 dólares de exportación de gas por cada 1 dólar en importaciones; vale decir que el Estado debió aumentar 0.31 dólares para equiparar la relación Exportación/Importación. En 2025 es muy probable que el Estado deba gastar 0.54 dólares para importar combustibles por cada dólar que reciba del gas exportado
Los expertos de esta fundación advierten que la producción de gas natural ha disminuido un 35% desde 2015, y los dos principales mercados de exportación de Bolivia, Argentina y Brasil, están reduciendo su demanda. Al mismo tiempo, el consumo interno de gas natural está creciendo.
Como resultado, Bolivia se está volviendo cada vez más dependiente de las importaciones de combustibles, en particular de gasolina y diésel.
Más consumo, menos producción y exportación
El informe detalla que los ingresos por exportación de gas en 2022 se incrementaron 33% más que en 2021, debido al aumento de su precio en los mercados externos, pero los volúmenes de exportación bajaron de 32.09 MMmcd a 27.48 MMmcd (14% menos), a raíz del descenso de la producción gasífera, y por la disminución de la demanda brasileña y argentina. En contraste con la caída de los volúmenes exportados, el consumo interno de gas creció 10% respecto al consumo de 2021. Este aumento del consumo doméstico incide en una menor disponibilidad de volúmenes de gas para exportar.
Mientras tanto, el valor de las importaciones de diésel y gasolina se incrementó 96% y 110%, respectivamente, en 2022, al mismo tiempo que subieron los volúmenes importados de diésel (3.7%) y gasolina (41%). Estos notables incrementos obedecen tanto al aumento del precio del crudo en los mercados externos, como a la mayor demanda de combustibles en Bolivia.
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“Esto último, junto con el congelamiento de los precios domésticos, genera un incremento sostenido de los subsidios al consumo doméstico y, por tanto, un drenaje continuo de divisas del Banco Central”, advierte Milenio.
Milenio identifica una serie de factores que están contribuyendo a la crisis energética: La disminución de la producción de gas natural, la reducción de la demanda de gas natural por parte de los mercados de exportación, el crecimiento del consumo interno de gas natural.