Sociedad

El payaso Estrellita, un guerrero que lucha por los enfermos renales de Santa Cruz

Cruceño de Oro. Marco Antonio Torrez, de 52 años, lucha por los enfermos renales desde que se enteró que su esposa y compañera de vida padecía la enfermedad.

13-01-2023

Marco Antonio Torrez es el hombre que está detrás del payaso Estrellita. Desde hace siete años viene luchando por los enfermos renales, pues se enteró que su esposa y compañera de vida padecía la enfermedad. Dirige la Fundación de Enfermos Renales, con la que busca ayuda y también trata de alegrar a los pacientes, que poco a poco se han vuelto sus amigos.

Tiene 52 años y con su profesión sacó adelante a seis hijos. Está casado con María Cristina Saibury, mujer que hace siete años fue diagnosticada con problemas renales y necesitaba dializar.

“Nos dejaban sentados ahí esperando para que nos atiendan. Tuve varios tropiezos por la enfermedad de mi esposa”, contó Marco Antonio.

Trabajó animando fiestas infantiles y lo sigue haciendo, pues cubrir las recetas médicas también le implica tener otro presupuesto. “Me ayuda a sostenerme, en medicamentos, que son caros, gasto entre 400 y 500 bolivianos semanales”.

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Su esposa María Cristina, con lágrimas de emoción agradeció a su esposo por todo lo que hace por ella. “Él me apoya en mi enfermedad. Desde que me enfermé, él siempre está conmigo, a mi lado”, sostuvo la compañera de vida de Marco Antonio.

Sobre la Fundación de Enfermos Renales, Marco Antonio cuenta que viene luchando desde hace tiempo para que los enfermos renales tengan atención y no queden a la deriva. “Me parte el alma ver que las autoridades no entiendan esto (la enfermedad). Estoy luchando también para que sean atendidos en centros privados”, acotó.

Pero de él también hablan los enfermos renales que se han convertido en sus amigos y también agradecen los actos que hace. “Otra persona como él es imposible de encontrar. Tiene mucho corazón”, sostuvo Victoria Cahuare, una mujer, también enferma renal.

Alberto Martínez, otro paciente, señaló que se sienten apoyados y respaldados. “Él se preocupa de todos nosotros”, acotó.

Sus amigos y su familia agradecen e indican que están orgullosos de él, por eso lo declararon un Cruceño de Oro.

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