Triple asesinato en Porongo: se cumple un año del crimen y aún no hay sentenciados
El 21 de junio de 2022 tres uniformados, dos policías y un voluntario del Gacip, fueron asesinados a sangre fría. El principal sospechoso, Misael Nallar, está a la espera del juicio
21 de junio de 2022, hace un año: la calma de la tarde del feriado de Año Nuevo Andino-Amazónico se interrumpía de repente por el acribillamiento a sangre fría de tres uniformados, dos policías y un voluntario del Gacip, en Porongo, en el departamento de Santa Cruz.
Aquel día perdieron la vida: Eustaquio Olano, Alfonso Chávez Flores y el voluntario del Gacip José David Candia.
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Por este crimen, Misael Nallar, yerno del narcotraficante extraditado Einar Lima Lobo, se convirtió en el hombre más buscado por la Policía por casi 24 horas, cuando en un episodio no esclarecido se entregó a las autoridades. Este hombre aún se encuentra detenido preventivamente en la cárcel de Chonchocoro en La Paz, pese a sus reiterados intentos de salir en libertad.
Según la declaración de los testigos, antes del crimen, Nallar se encontraba compartiendo bebidas alcohólicas con sus allegados luego de unas carreras con vehículos ‘teryx’, en una cabaña improvisada al costado de la ruta en la zona de Urubó.
En este punto, fue que los policías los interceptaron y discutieron, según algunas versiones, se produjo una gresca a golpes y los uniformados huyeron arrojando gas pimienta.
Los testimonios apuntan que después del altercado y las amenazas que Nallar lanzó, los policías huyeron, pero la patrulla presentó desperfectos mecánicos en pleno cruce de río.
Entonces el sargento Alfonso Chávez llamó a un mecánico, quien llegó en compañía de dos personas, uno de ellos era David Candia, voluntario del Gacip.
Mientras se preparaba el vehículo, Chávez relató que había logrado grabar con su celular a los agresores. Tras solucionar el problema, el mecánico se fue. En el trayecto dos vehículos fueron vistos como si fueran al encuentro de la patrulla.
Metros atrás llegó un subteniente en una motocicleta, quien en su declaración dijo haber visto cómo unas personas con chalecos antibalas y armas largas descendieron de ambos autos. El oficial presenció el crimen y huyó por el temor de correr la misma suerte.
El hecho ocurrió entre las 15:00 y 16:00. Según el informe forense las víctimas fueron brutalmente golpeadas antes de ser obligadas a arrodillarse para terminar con sus vidas a balazos.
La zona donde sucedió el asesinato
Los expedientes indican que en el lugar del crimen se halló un arma artesanal, pero ésta no fue llevada al Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (Iitcup) para el análisis correspondiente.
Respecto a balas, el experto criminalística, Cristhian Sánchez, confirmó que los proyectiles son de fabricación nacional y uso exclusivo de militares y policiales.
A la espera de juicio
El proceso judicial por este caso continúa aún sin sentencia. A inicios de mes, la Fiscalía presentó la acusación formal contra Misael Nallar y ha pedido 30 años de cárcel sin derecho a indulto por el delito de asesinato.
También fueron acusados formalmente su hermano Widen Nallar Noda, sospechoso de haber provisto las armas; Édgar Dorado Menacho, prófugo de la justicia; y Jassir Gongora Montero, que es acusado de ser uno de los que disparó contra los policías.
Poco antes de la presentación de la acusación formal se produjo una sorpresa: las familias de las víctimas desistieron de la demanda contra Nallar. Denunciaron que no habían sido escuchados y no se les otorgó las garantías necesarias por lo que decidieron no seguir en el proceso como parte denunciante.
”En calidad de víctimas, presentamos de manera libre y voluntaria desistimiento del presente proceso penal a favor de Misael Nallar Viveros”, señala un memorial dirigido a la Fiscalía.
El Ministerio Público señaló que eso no afectaría la acusación ya que el proceso se seguía de oficio.