Director de ‘Utama’: el cine puede contar los estragos del cambio climático

El cineasta boliviano Alejandro Loayza ha presentado en el festival de cine latinoamericano de Ginebra FILMAR su ópera prima “Utama”, una historia de amor en la sequía

Publicado: 23/11/2022 10:26
[Foto: EFE] / Director y parte del elenco de Utama

El cineasta boliviano Alejandro Loayza ha presentado en el festival de cine latinoamericano de Ginebra FILMAR su ópera prima “Utama”, una historia de amor en la sequía que, según cuenta en una entrevista a Efe, muestra la capacidad del séptimo arte para contar los estragos que está causando el calentamiento global.

“Hay personas que son las más afectadas por él y son las que menos contribuyen al cambio climático, era algo que quería evidenciar”, comentó Loayza, quien valoró “la capacidad del cine de transmitir la tragedia humana dentro de las crisis que estamos acostumbrados a ver con estadísticas o con números”.

Las consecuencias de la crisis climática, en forma de sequía, afectan directamente a los protagonistas de “Utama” y constituyen uno de los temas centrales de la película, protagonizada por una pareja octogenaria de pastores de llamas.

La cinta compite junto a otras siete por el premio del jurado joven del festival, al que llega después de cosechar éxitos en certámenes tan conocidos como Sundance (EEUU), Málaga (España) o Viña del Mar (Chile), donde recibió tres galardones el pasado fin de semana.

“Es un regalo de la vida poder acompañar a la película a tantos festivales y tener la oportunidad de presentar una ventana de Bolivia al resto del mundo”, comentó el joven cineasta de La Paz a EFe.

Respecto a los premios, Loayza admite su “ilusión”, pero también afronta con prudencia este tipo de reconocimientos en un año con una competencia “muy fuerte”.

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Pero el mayor éxito de “Utama”, en opinión de su director, es la buena acogida que ha tenido entre los miembros de las comunidades del municipio de Colcha K en el que se rodó toda la película y de donde son originarios sus dos protagonistas.

“La comunidad recibió con gran júbilo la película”, reconoció el director, “llevamos un estreno en pantalla grande al Altiplano y ellos invitaron a todas las comunidades aledañas (...). La gente está emocionada y orgullosa de sentir que la película le pertenece”.

UNA PELÍCULA PEGADA AL ALTIPLANO

El proceso de selección de los actores estuvo pegado al Altiplano desde el principio. Los intérpretes de Virginio y Sisa, los dos ancianos, solamente tenían que cumplir una condición: hablar tanto en castellano como en quechua.

“Decidimos que lo mejor para la película era darle naturalidad a través de los actores”, apuntó Loayza.

“Visitamos el municipio pueblo a pueblo y llamamos a cada puerta (...). Hacíamos pequeñas pruebas de actuación con ellos y les exponíamos el proyecto. Curiosamente una de las primeras parejas a las que vimos, pareja también en la vida real, terminó aceptando”, relató el director.

Para ellos fue una experiencia increíble, un rodaje siempre lo es, pero a ellos les llegó cerca ya de sus ochenta años”, reconoció a Efe.

El resultado del trabajo con los actores satisface particularmente a Loayza, que no es hablante de quechua, pero se memorizó todos los diálogos en esta lengua que aparecen en la película.

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El Altiplano boliviano es “un personaje más de la película, que determina las características y las diferencias de las personas que lo habitan”, consideró el cineasta.

“La película también habla del amor a la tierra y del sentido de pertenencia. Era muy importante hacer una analogía entre la muerte del personaje y la muerte de la tierra”, apuntó.

Los problemas ambientales también centrarán el próximo proyecto del director, que se desarrollará en la selva amazónica de Bolivia y estará protagonizada por un grupo de jóvenes de 18 años.

Finalmente, Loayza hizo referencia a la traducción francesa del título de la película, “La tierra olvidada”, y recordó que “hay lugares totalmente olvidados en lo político, en lo social y en lo artístico”.

EL “EXCELENTE MOMENTO” DEL CINE LATINOAMERICANO

Para el autor de “Utama”, el cine latinoamericano “tiene mucho que ver con la búsqueda de identidad”.

“Nuestra riqueza cultural y nuestra mezcla son muy grandes y eso hace que se despierte curiosidad por nuestra identidad, de herencia española, italiana, de todas las etnias indígenas de América e incluso alemana”, afirmó.

Loayza aseguró que el cine de la región se encuentra en “un excelente momento” en el que se están produciendo películas muy diferentes, desde el cine militante hasta la comedia ligera pasando por el terror.

“Tenemos una gran curiosidad por saber de dónde venimos y creo que esa curiosidad es lo que hace que muchos directores se acerquen hacia otras partes que han estado tradicionalmente olvidadas”, concluyó.

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