“La persona que tomó la vida de mi hijo, también tomo la mía”, madre boliviana busca justicia por su hijo muerto en EEUU

Lourdes Ortiz cuenta con todas las pruebas que exhiben el asesinato de su hijo, pero el caso no avanza, pese a que fue reabierto y se demostró que el joven de 20 años no atentó contra su propia vida

Publicado: 04/02/2023 20:30
Alexander (en ambas imágenes) fue un joven que mostraba sus raíces bolivianas

“La muerte de Álex fue una devastación completa”, son las palabras de Lourdes Ortiz, una mujer boliviana cuya vida cambió para siempre desde el 6 de septiembre de 2020, fecha en la que a su hijo “le arrebataron la vida” en el estado de Florida, en Estados Unidos, caso que fue reabierto después de las pruebas que fueron colectadas y expuestas para evidenciar que Alexander Bello Ortiz (20) no se suicidó, sino que lo asesinaron.

En una entrevista con UNITEL, la madre relató los cambios que tuvo que atravesar desde aquella fecha, cuando recibió una llamada del hospital en el que fue ingresado su hijo por una herida de arma de fuego y el médico que lo atendió reportaba que ya no había nada qué hacer.

“La persona que tomó la vida de mi hijo, también tomó la mía porque ya no tengo vida sin él”, señala Ortiz entre lágrimas, al denunciar también la falta de avance en el esclarecimiento del caso, que en primera instancia fue cerrado, pero ante la presión y la intervención de la Fuerza Aérea estadounidense tuvo que ser reabierto.

Y es que Alexander era un cadete de la Fuerza Área que convivía con otros compañeros en una vivienda que el mismo restauró en su último año de universidad, en Florida, donde se tenía que graduar como ingeniero eléctrico y para costear sus gastos tomó la opción de compartir el espacio con otras dos personas.

El 6 de septiembre, cuando Alex retornaba al lugar después de una rutina de ejercicio fue cuando recibió el disparo en el interior de su vivienda, en la que se encontraba uno de los jóvenes locales con los que compartía la vivienda y con el que anteriormente había tenido una discusión

“La Policía no hizo el procedimiento investigativo, como acordonar el lugar, hacer preguntas o exámenes de balística, sino que el detective llega con el papá del muchacho (posterioemente acusado) y es a ellos a quienes se entrega la casa”, relata la madre.

Sin embargo, la vivienda contaba con cámaras de seguridad, en donde se escucha la discusión, el disparo e incluso como después de la muerte de Alex, tanto el joven compañero como su padre llegaron con equipos de limpieza para borrar todo rastro de la situación que segó la vida al adolescente de raíces bolivianas.

Las pruebas de que Alex no atentó contra su vida empezaron a acumularse y ante esos indicios se procedió a formular una acusación, tema que está expuesto en plataformas digitales y que fue aceptado por otras instancias del Gobierno estadounidense

“Hemos recibido rechazo hasta el final, tenemos pruebas directas de que Alex fue asesinado, un proceso para mostrar y sacar esto a la luz para que la comunidad y las personas latinas nos ayuden a sacar a la luz”, expone la madre de Alexander.

Lourdes Ortiz tuvo que impulsar por su cuenta labores de investigación, cruzando información y pagando por servicios privados que demuestran que su hijo no disparó ningún arma (examen de balística negativo), que no tomó drogas como se quiso hacer notar (examen toxicológico negativo), se contó con las imágenes captadas por la propia Policía y hasta ahora la investigación no avanza.

La muerte de Alex “fue una devastación completa” para su familia. Era hijo único, el primer nieto y ahora su madre no solo tiene “que lidiar con el dolor insuperable” de perderlo, sino que tiene que peregrinar para que el acusado esté en la cárcel.

Tras reabriese el caso, se tiene establecido un juicio civil en busca de que la Policía estadounidense impulse una investigación adecuada y donde se tomen en cuenta las pruebas presentadas, las cuales dejaron de ser pruebas circunstanciales, situación por lo que la mamá considera que hay una obstrucción y no así una negligencia en las indagaciones.

Según Ortiz, la Fuerza Aérea y otras instancias gubernamentales certificaron que las pruebas son legítimas, pero que no pueden hacer más porque el caso no está dentro de sus jurisdicciones o sus competencias, mientras que “en todos los canales de la Policía las respuestas han sido negativas”.

“Lo que pido de corazón, como mamá, es que por favor me ayuden a levantar la voz para sacar esto a la luz”, fue el clamor de la mujer, que seguirá tocando las puertas para que la muerte de su hijo tenga justicia y así también devolver algo de paz a su familia, la cual les fue robada desde el día de su muerte.

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