Álvaro Castillo, el bombero voluntario que lleva 26 años apagando incendios

El capitán Álvaro Castillo es un bombero voluntario que ha dedicado más de la mitad de su vida a atender emergencias relacionadas con incendios. Son 26 años de servicio en los que ha conocido de cerca las problemáticas que no solo afectan a Santa Cruz, sino también a otras regiones del país.

Este ‘Cruceño de Oro’ viene dedicando su día a día al voluntariado de riesgo. Tiene 45 años de edad y sus primeras acciones las llevó adelante a sus 14 años con los Boys Scouts, pero fue años después cuando debía prestar su servicio militar que su vida cambió de rumbo.

“Me presenté, me sentí muy curioso, porque yo quería saber qué se trataba y ahí empezó a gustarme mucho el tema del voluntariado. Posterior a eso, yo tenía que hacer mi servicio militar; sin embargo, justo cuando estaba por hacer mi inscripción a la primera brigada aérea, veo un letrero donde decía etapa de reclutamiento”, comenta sobre los inicios para ser bombero.

Indica que no es tan fácil ser bombero voluntario, porque muchas veces arriesgan sus vidas, incluso estuvo cerca de la muerte cuando quedó atrapado en una recuperación de un cuerpo sin vida.

Castillo relata que el bombero voluntario no tiene horario, ya que las emergencias se presentan a cualquier hora y en cualquier día de los 365 que tiene el año.

Además cuenta que en Bolivia es difícil ser bombero voluntario, se sienten olvidados por las autoridades.

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Recuerda que la actividad que marcó su vida durante este tiempo como bombero voluntario fue cuando tuvo que ingresar a apagar el incendio de la cárcel de Palmasola y tuvo que hacer la clasificación de heridos por prioridad para su evacuación.

Este capitán señala que aún no cumplió como bombero voluntario, cree que aún puede dar mucho más y se considera una persona que sigue aprendiendo, que sigue creciendo, que sigue apoyando.

Sus colegas de trabajo lo consideran un líder por todo este tiempo que han aprendido mucho de sus conocimientos y es por ello que, al igual que muchos que conocen de cerca su trabajo, lo consideran un ‘Cruceño de Oro’.

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