Con pasadizos secretos, puertas con contraseñas y ambientes escondidos, así era un bar clandestino en El Alto

Cuatro puertas de seguridad, pasadizos secretos, uso de claves y sobrenombres, así funcionaba un bar clandestino, que abría las 24 horas del día, en la calle 2 de la Ceja de El Alto.

“Prácticamente es una ratonera. Para ingresar a este local son cuatro puertas que hay que abrir”, indicó el comandante de Unidad de Seguridad Física, William Cossío Camacho.

El informe policial señala que policías de inteligencia se infiltraron en el lugar, que ya había sido clausurado en cuatro oportunidades.

En su afán de mantener abierto el lugar, los dueños del lugar comenzaron a desarrollar formas para evitar el ingreso de las autoridades.

Los dos primeros ingresos al bar eran de libre acceso, pero la tercera y cuarta sólo eran abiertas mediante el uso de palabras clave, un apodo, y un código a la hora de golpear la puerta.

Puertas estrechas y gradas cubiertas con trozos de mandera trataban de ocultar los ambientes. El olor en el lugar era nauseabundo. El ingreso principal no tenía ni la mínima ventilación.

En uno de los ambientes escondidos, la Policía halló prendas, carteras, computadoras y otros objetos presuntamente robados.

La Policía presume que las personas, que frecuentaban el lugar, dejaban como parte de pago los objetos presuntamente robados.

Durante el operativo, los administrativos simularon ser clientes para evadir su responsabilidad ante las autoridades.

Más de 70 personas fueron arrestadas en el bar clandestino, 43 varones, 24 mujeres y tres administradores.