Cómo protegerse del sol durante el embarazo

Aumentan las temperaturas y con ellas las ganas de que la piel “tome color”. Pero protegerse de los rayos solares es fundamental, aún más durante la gestación

Publicado: 19/09/2022 16:50
El sol es fundamental para nuestras vidas. Hace posible que sinteticemos la vitamina D, que ha de alcanzar unos niveles adecuados. Además, la exposición a la luz natural regula nuestro ritmo circadiano y nuestro descanso, produciendo las cantidades necesarias de melatonina, la hormona del sueño.

No obstante, esto no disuade de la idea de protegernos de la radiación solar para evitar los efectos nocivos que puede tener en nuestro organismo. Entre ellos destacamos las quemaduras solares, el fotoenvejecimiento y las hiperpigmentaciones cutáneas, la depresión de nuestro sistema inmune cutáneo y las alteraciones en nuestro material genético. Todo ello podría derivar en diversos tipos de cáncer de piel.

Cambios en la piel durante el embarazo

En el embarazo la piel experimenta cambios debido a causas hormonales, inmunológicas y anatómicas. Se vuelve más sensible y se pueden desencadenar una serie de alteraciones como la dermatosis o hiperpigmentaciones típicas conocidas como melasma. Esta hiperpigmentación se ve agravada por la radiación solar. Por eso es fundamental seguir adecuadamente unas medidas de protección frente a la exposición solar.

Además, determinadas zonas del cuerpo, como la barriga o el pecho, aumentan considerablemente de tamaño. La piel en estas zonas está sometida a una gran tensión. El sol puede provocar el resecamiento de la piel y la pérdida de elasticidad, facilitando la aparición de estrías. Mantener la piel hidratada y nutrida reduce el riesgo de sufrir estas lesiones.

Cómo protegerse frente al sol

La mejor forma de protegerse de la radiación es evitar la exposición directa al sol, sobre todo durante las horas centrales del día. Para ello las barreras físicas son prioritarias. Es el momento de lucir un sombrero de ala ancha, además de unas gafas de sol homologadas por la Unión Europea y con una absorción elevada de radiación ultravioleta (UV). Pero sobre todo, conviene mantenerse a la sombra.

También debemos atender a la nutrición: tomar frutas y verduras frescas ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Asimismo, es importante tomar líquidos para que la piel esté bien hidratada. Y por supuesto, debemos utilizar una crema protectora solar de amplio espectro, que cubra ultravioleta B (UVB), ultravioleta A (UVA), infrarrojo (IR) y visible.

En temporada de calor, el factor de protección solar ha de ser elevado (SPF 50+). Además, es conveniente que sea resistente al agua y al sudor y hemos de renovarlos cada año. Lo aplicaremos en gran cantidad, 2 mg/cm², y se recomienda repetir la aplicación cada dos horas mínimo.

Con la fotoprotección hemos de ir más allá y protegernos no solo en ambientes exteriores sino también en interiores, ya que los rayos UVA y los IR atraviesan los cristales.

Otros ingredientes a valorar en las cremas solares

Además de los filtros solares, en los fotoprotectores también encontramos moléculas muy interesantes e innovadoras con diferentes propiedades. La exposición al sol provoca la formación de radicales libres, que dañan a las células y al ADN, algo conocido como estrés oxidativo.

Consecuentemente, en la actualidad los fotoprotectores contienen sustancias antioxidantes como las vitaminas E y C que, unidas en un fotoprotector, tienen mayor acción. Otros ingredientes novedosos son las enzimas que reparan el ADN dañado, como la fotoliasa o la T4 endonucleasa V.

También revolucionario es el extracto de la planta Polypodium leucotomos, que destaca por su acción antioxidante, antiinflamatoria y preservadora de la función inmune en nuestra piel.

La protección es lo más importante a la hora de exponerse al sol. Pero también hemos de dar cabida al cuidado posterior, especialmente en el embarazo. Para ello, las llamadas cremas after sun poseen activos hidratantes, ingredientes calmantes, reparadores, antiinflamatorios y que confieren a la piel una sensación de frescor para recuperarla de esa posible rojez, tirantez y calor.The Conversation

Estefania Hurtado Gómez, Profesora Master Dermofarmacia, Universidad Miguel Hernández; Blanca Llácer, Profesora Máster de Dermofarmacuia y Cosmética, Universidad Miguel Hernández; Isabel Gonzalez-Alvarez, Profesor Titular Grado en Farmacia. Area de Farmacia y Tecnologia Farmaceutica. Dpto Ingenieria, Universidad Miguel Hernández; Maria del Val Bermejo Sanz, Catedrática area de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, Universidad Miguel Hernández y Marta González Álvarez, directora del Master de Dermofarmacia y Cosmética UMH, Universidad Miguel Hernández

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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