Las víctimas de las FARC y del Estado, divididas en el proceso de paz
Barrancabermeja (Colombia), 11 jul (EFE).- La participación de las víctimas en el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia ha constatado las divisiones entre quienes han sufrido la violencia de uno u otro bando, pero también el anhelo común de terminar el conflicto y conocer la verdad.
Esos sentimientos son latentes en la convulsa localidad de Barrancabermeja, a orillas del río Magdalena y campo de batalla de paramilitares y guerrillas, donde cientos de víctimas concluyen hoy un foro regional organizado por la ONU a petición de las partes negociadoras con el objetivo de aportar propuestas a la mesa de La Habana.
Desde noviembre de 2012 el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) adelantan una agenda de seis puntos, que incluye víctimas, participación política y tierras, entre otras, para ponerle fin a 50 años de conflicto armado.
Igualmente, el Ejecutivo colombiano anunció en junio el inicio de una fase exploratoria de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país.
El jueves, al inicio del foro, el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Colombia, Stephane Jaquemet, expresó la preocupación de los organizadores por las discordias entre víctimas.
"Su voz no será escuchada si están divididos, pero tampoco si la diversidad de las situaciones y sufrimiento no es reconocida", dijo Jaquemet.
El funcionario de la ONU fue más allá para remarcar que "todas las víctimas son iguales y deben ser tratadas como tal", independientemente de "quien sea el perpetrador" de la violencia.
Y es que las organizaciones de víctimas aprovechan estos foros para mover su maquinaria y que sus propuestas consten en los tomos que llegarán a La Habana.
"Algunas víctimas del Estado vienen pidiendo con insistencia el cese el fuego bilateral y una Asamblea Constituyente", mensajes que también reclaman en Cuba las FARC, recordó en una entrevista con Efe el coordinador de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild.
Y entre las víctimas de la guerrilla existe la preocupación de "saber qué ha pasado con los secuestrados o dónde están los restos de los que murieron en el secuestro", agregó.
Las discrepancias también se viven por la participación en el mismo foro de Barrancabermeja, ya que, según Hochschild, las víctimas del Estado argumentan "que los cupos que se les entregan no son suficientes y quieren tener más presencia".
Algo parecido pasa con las de la guerrilla, que sienten que en esos espacios no tienen el peso que les corresponde. "Tienen la preocupación que se pierden en un océano de víctimas de muchos actores y ellos argumentan que el proceso de paz es con las FARC", sostuvo el coordinador de la ONU.
A eso hay que añadir que, según revelaron algunas fuentes cercanas a la organización de este foro, el porcentaje de víctimas de las FARC que ha acudido a Barrancabermeja "es bajo".
Según las autoridades locales, Barrancabermeja tiene más de 50.000 víctimas, una cuarta parte de la población de este municipio de Santander (noreste).
Las mismas fuentes explicaron que las víctimas de la guerrilla que sí participan "no se atreven a alzar la voz", ya que están en inferioridad numérica respecto a las otras.
"No entiendo por qué las víctimas de las FARC no vienen y no participan", afirmó a Efe Yolanda Pinto, viuda del exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, secuestrado por esta guerrilla en 2002 y asesinado un año después.
"He conversado con muchas víctimas y me he encontrado con muy pocos que me dicen que son de las FARC", agregó. Esas discrepancias, unidas a las ideológicas y políticas de cada lado, no se traducen en choques durante los debates, celebró en ese sentido Hochschild, quien dijo que la relación entre las víctimas de los diferentes actores ha sido correcta.
Pese a todo las víctimas del Estado y de las FARC tienen intereses comunes y motivos por los que estar unidas: "la verdad, el reconocimiento y el perdón".
Todas ellas "quieren entender por qué les pasó lo que les pasó, quieren que los victimarios muestren pleno reconocimiento por el sufrimiento que han pasado y quieren ver en los victimarios una humildad, que se pongan de rodillas y pidan perdón", explicó el jefe de la ONU.
Según el Centro de Memoria Histórica, el conflicto armado colombiano ha dejado 220.000 muertos, unos 25.000 desaparecidos, 5,7 millones de desplazados y 27.000 secuestrados, además de unas 2.000 masacres.