“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también. Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafa’os, contentos y amarga’os, valores y doblé”, dibuja el tango “Cambalache” estrenado en 1935 para la película argentina “El alma del Bandoneón”.
Porque la vida “es un 10% de lo que te pasa y un 90% sobre como reaccionas” o “la felicidad ininterrumpida aburre”, reflexionan algunos filósofos orientales. Por eso no deberían extrañarnos frases como “las mujeres no lloran, las mujeres facturan” de la cantante colombiana Shakira, de 46 años, dedicada a su ex marido, el futbolista español, Gerard Pike, de 36, con quien vivió 12 años y procreó dos hijos.
Y esas palabras son la comidilla de todos los días en esta “civilización del espectáculo” que advirtiera el escritor peruano Mario Vargas Llosa, de 86 años en uno de sus ensayos, poco antes de separarse este 2022 de Isabel Preysler, de 71, luego de ocho años de matrimonio.
“Porque vivimos en un mundo light” vaticinaría Vargas Llosa, en el que valores como la familia, el amor, la amistad, entre otros, son desplazados por el negocio y el entretenimiento, donde divertirse y relativizar todo, se constituye en una pasión universal.
Y surgen los ¿por qué?, ¿quién gana? y ¿quién pierde?: De ahí que en eso solo dos días, la cantante colombiana superó los 63 millones de visualizaciones en Youtube y 9 millones en de reproducciones en Spotify, ganando alrededor de $us34 millones para aumentar a su fortuna de $us300 millones. Lo confirma el diario El Economista cuando titula: “Shakira ya no llora, factura 34 millones de Euros, (36 millones de dólares) con su música contra Piqué”, mientras las redes sociales recuerdan las “humillaciones” que sufrió al ser rechazada en público por el futbolista español cuando recibía algún galardón y ella intentaba darle un efusivo abrazo o cuando caminaba descalza por las lujosas mansiones que posee.
Mientras Piqué, jugador del Barcelona Futbol Club, desde niño, tiene una fortuna -según la revista Forbes- valuada en 80 millones de dólares, se ha limitado a sonreír con sus amigos, a mostrar su reloj Cassio y llegar en un su auto Renault Twingo, ironizando las críticas que le lanzara su expareja y últimamente dejando correr bajo la lluvia a sus hijos de 9 y 11 años al momento de devolverlos a su ex casa, para huir de Shakira y de los “Paparazzis” de la prensa que no les pierden pisada.
Pero cuando los hombres pensábamos que estábamos con el ojo en tinta, aparece el cantante estadounidense de 55 años, Marc Anthony, para reflexionar que “a veces llega la lluvia para limpiar las heridas y a veces una gota puede vencer la sequía...” como lo dice en una canciones, “Vivir mi vida” y le dedica “Tu amor me hace bien...” a la modelo paraguaya y exrepresentante al Miss Universo, Nadia Ferreira, de 23 años, a quien deslumbró con un anillo de medio millón de dólares y con quien se casó, este 28 de enero de 2023, en una boda que le costó otro medio milloncito, de los 86 millones que tiene dispuestos a gastar el cantante de “Y ahora quien”, pues se trata de su cuarto matrimonio.
Y a pagar. A Ferreira se comprometió entregarle $us25 mil si es que se separan y le permitió recibir los $us300 mil por la venta de los derechos su boda a una revista. Y así, ha procedido con su anterior pareja, la modelo venezolana Shanon de Lima, con quien ha gastado $us 3 millones de dólares en su mantención, tras divorciarse en el 2017, en tanto que a Jennifer Lopez y Dayanara Torrez, sus dos primeras esposas, con quien procreó dos hijos en cada romance, les pasa $us132 mil al mes a cada una.
No es el único. A su vez Jennifer López de 53 años desportillaba sus $us 400 millones de su fortuna para pagar $us 10 mil semanal a su novio bailarín Casper Smart de 23 años, para satisfacer su “insaciable apetito sexual”. “Siglo XX (o Siglo XXI) cambalache, problemático y febril” dice el tango, “da lo mismo ser un burro que un gran señor, el que no llora no mama y el que no mama es un gil”...