En el contexto boliviano actual, surge la imperiosa necesidad de trascender las barreras ideológicas y plantear propuestas concretas para impulsar un cambio significativo en el modelo de gobierno. Quienes compartimos la opinión de que el paradigma del Movimiento al Socialismo ya no es efectivo debemos enfocarnos en construir alternativas sólidas y factibles desde el terreno de las propuestas. Más allá de contar con líderes carismáticos y buenas ideas, es fundamental cristalizar la oposición al statu quo a través de planteamientos específicos y orientados hacia el cambio. En este contexto, he decidido plasmar mis reflexiones y propuestas en busca de un cambio tangible para mi Bolivia soñada a través de un libro.
Mi visión se articula en dos partes fundamentales: una primera, orientada a abordar los problemas inmediatos que enfrenta nuestro país, especialmente de cara al bicentenario en 2025; y una segunda, enfocada en proyectar propuestas a largo plazo, pensando en la Bolivia del 2050. En la primera parte, identifico cuatro problemas críticos que demandan atención inmediata: mala administración económica, corrupción excesiva, la necesidad de una reforma judicial y la lucha contra el narcotráfico.
Cada uno de estos problemas se convierte en un capítulo sustancial del libro, donde propongo al menos dos soluciones específicas para cada uno. En este contexto, destaco la importancia crucial de mejorar la eficiencia en la administración pública. Enfocándome en la mala administración económica, propongo la creación de consejos académicos y ciudadanos. Estos organismos permitirían que la ciudadanía aporte recomendaciones desde una perspectiva técnica y desde sus necesidades individuales y sectoriales, logrando así una participación activa en la toma de decisiones gubernamentales.
La tecnología y la digitalización se erigen como elementos transversales en todas las propuestas. Desde el control de la economía hasta la lucha contra la corrupción, abogo por la implementación de herramientas como el blockchain y la trazabilidad de transacciones para garantizar la transparencia y eficiencia en los procesos gubernamentales.
Además, propongo descentralizar la administración como estrategia para mejorar la atención ciudadana y diluir los focos de corrupción. En mi perspectiva, la incorporación de esta lógica descentralizadora en el Estado podría generar un cambio positivo significativo en la administración pública, impulsando una gestión más eficaz y orientada al ciudadano.
La segunda parte del libro adopta un enfoque más ideológico y teórico, proyectando una visión a largo plazo. En términos económicos, presento el concepto de “liberalismo desarrollista”. Este enfoque busca equilibrar el liberalismo económico, donde se enfatiza la libertad individual para generar valor en la economía y hacer negocios, con una intervención estatal estratégica en áreas clave para el desarrollo del país.
Reconozco la importancia de fomentar la competencia y la lógica de mercado detrás de las actividades económicas, especialmente considerando el espíritu emprendedor innato del boliviano. Sin embargo, subrayo la necesidad de comprender la posición rezagada de Bolivia en términos económicos a nivel mundial. Como uno de los países más pobres del mundo, es crucial que el Estado participe activamente en cuestiones estratégicas como infraestructura, desarrollo tecnológico, transporte y educación.
En este sentido, destaco la necesidad de una participación estatal importante en temas como la infraestructura de caminos, desarrollo de infraestructura tecnológica, transporte y otras áreas esenciales para la prosperidad económica. Es fundamental nivelar a Bolivia con el resto del mundo y entender que la presencia del Estado en estas áreas estratégicas es una tarea estratégica necesaria.
En el capítulo final, reconozco la importancia de que el Estado reconozca la existencia de pueblos y naciones, tanto en la historia precolonial, que la Constitución de 2009 lo hace, como en la formación de naciones en el periodo postcolonial. Particularmente, destaco la relevancia de este reconocimiento, basándome en mis 40 años de vida y las experiencias que he vivido dentro de la nación cruceña. A lo largo de mi vida, he presenciado la existencia de diversas identidades y comunidades, y considero esencial que el Estado reconozca y respete la diversidad cultural y étnica que conforma la riqueza de Bolivia también a nivel urbano y postcolonial. Esto con el fin último de la autodeterminación y refundación de Bolivia en términos plurinacionales, pero reconociendo también a las naciones forjadas en el periodo postcolonial y eminentemente urbano.
En síntesis, abogar por propuestas concretas y una visión a largo plazo es esencial para construir el cambio anhelado en Bolivia. A través del enfoque en la eficiencia administrativa, la participación ciudadana y una combinación equilibrada de liberalismo económico y participación estatal estratégica, podemos sentar las bases para un futuro más próspero y equitativo.
El libro es de distribución digital y gratuita. La descarga está disponible en http://yip.su/qvuc