Destino mi columna de hoy para analizar en profundidad sobre las predicciones del año 2024, en cuanto la evolución tecnológica, siendo un periodo crucial para la integración y avance de la inteligencia artificial (IA), la ciberseguridad, y la analítica de datos, según diversas fuentes en el ámbito tecnológico.
Uno de los cambios más significativos se observa en la ciberseguridad, donde la IA asume un papel proactivo en lugar de reactivo. Las estrategias de defensa digital se orientarán hacia la anticipación y prevención de amenazas, utilizando la IA para prever vulnerabilidades y amenazas potenciales. Esto representa un giro notable, pasando de una postura defensiva a una más predictiva.
Simultáneamente, se espera un aumento en los ataques de phishing, con los ciberdelincuentes enfocándose más en tácticas de ingeniería social para explotar a los empleados en lugar de las máquinas. Este enfoque en la vulnerabilidad humana exige una mayor formación de los empleados en seguridad cibernética.
En el ámbito de la analítica de datos, se subraya la importancia de la formación en datos y análisis como un requisito clave para la adaptación a la IA. La comprensión de la generación de datos y su interpretación adecuada será crucial para aprovechar al máximo el potencial de la IA. Las empresas necesitarán ser proactivas en la educación y capacitación de sus empleados para maximizar los beneficios de la IA y disminuir la ansiedad y confusión que puede generar.
En cuanto a las tendencias tecnológicas, se prevé un enfoque en el gasto de TI basado en resultados comerciales, con un cambio hacia la adopción de tecnología que respalde directamente o impulse los resultados empresariales. Esta tendencia sugiere una transición desde la infraestructura de TI heredada hacia tecnologías de próxima generación, como la nube híbrida y entornos de TI más virtualizados e interconectados.
La adopción de la criptografía post-cuántica (PQC) como enfoque basado en software que funciona con sistemas convencionales para proteger datos de futuros ataques cuánticos es otra tendencia notable para 2024. Además, la importancia de la red cuántica crecerá, posibilitando la comunicación y colaboración entre computadoras cuánticas para soluciones cuánticas más escalables.
La integración de habilidades humanas será esencial para la adopción de la IA. A pesar de los planes de incorporar la IA en la entrega de la experiencia del cliente (CX), la intervención humana seguirá siendo una parte fundamental para la atención al cliente. Las empresas se centrarán en cerrar las brechas de habilidades crecientes que desafían las aspiraciones de IA, haciendo hincapié en la reskilling y la upskilling de sus empleados.
En el campo de la inversión tecnológica, se espera que en 2024, las máquinas escriban más de la mitad del nuevo código generado a nivel mundial. Además, se prevé una ola sin precedentes de adquisiciones de startups y desapariciones, pero también el surgimiento de nuevos “unicornios” con innovaciones aplicadas en IA.
Los inversores tecnológicos anticipan una evolución significativa en este campo. Se espera que las empresas emergentes que logren aplicar innovaciones en IA de manera tangible adquieran un papel protagónico en el panorama tecnológico. Esta tendencia es comparable con la oleada de aplicaciones que surgió con el auge de la tecnología móvil en 2008 y 2009.
La integración de modelos multimodales en la IA revela oportunidades frescas a nivel de aplicaciones, al tiempo que introduce nuevos retos e innovaciones en la infraestructura. Los modelos de fuente abierta han alcanzado, y en algunos casos superado, a sus contrapartes propietarias en términos de rendimiento. El año 2024 se perfila como un periodo donde la innovación y la especialización convergerán para dar forma al futuro del desarrollo de modelos.
Adentrándonos más en las predicciones para 2024, es crucial destacar el papel de la IA en el consumo de energía y su sostenibilidad. A medida que la IA se vuelve más avanzada, también aumenta su uso de energía. Sin embargo, se espera que las empresas comiencen a seleccionar modelos de IA más pequeños, con menos capas y filtros específicos para casos de uso, con el fin de reducir los costos de consumo energético. Esto contrasta con los modelos de aprendizaje profundo que utilizan grandes cantidades de datos. Además, la emergente categoría de redes de energía, que combina capacidades de redes definidas por software con un sistema de energía eléctrica compuesto por microredes de corriente continua, también contribuirá a la eficiencia energética.
La escalada en los ataques de ingeniería social también es una preocupación creciente. Según el último informe de Crowdstrike, el 80% de las brechas ocurren a través de identidades comprometidas. Los adversarios no solo confían en credenciales válidas, comprometidas, sino que también abusan de todas las formas de identificación y autorización. La protección de la identidad se convierte, por tanto, en la protección más crítica que las empresas deben fortalecer en 2024.
En el contexto de estas tendencias tecnológicas para 2024, es importante considerar también el impacto social y ético de estos avances. A medida que la IA se integra más profundamente en nuestras vidas cotidianas y sistemas empresariales, surgen preguntas críticas sobre la privacidad, la seguridad de los datos y la ética del uso de IA. La regulación y el escrutinio público probablemente aumentarán a medida que estas tecnologías se vuelvan más omnipresentes y su impacto se haga más evidente.
La IA y la robótica continúan abriendo posibilidades en el ámbito de la automatización, pero esto también plantea preocupaciones sobre el desplazamiento laboral y la necesidad de reskilling y upskilling de la fuerza laboral. Las empresas y los gobiernos tendrán que trabajar juntos para garantizar que los trabajadores desplazados por la automatización tengan oportunidades de re entrenamiento y que los sistemas educativos se adapten para preparar a los futuros trabajadores para un mercado laboral en constante cambio.
Mirando hacia el futuro, la relación entre la humanidad y la tecnología en 2024 y más allá será más simbiótica que nunca. La IA, al estar cada vez más integrada en nuestras vidas, no solo transformará cómo trabajamos y vivimos, sino también cómo percibimos la interacción humano-máquina. La IA no solo será una herramienta para resolver problemas, sino que también se convertirá en un colaborador, un compañero en la búsqueda de soluciones innovadoras y creativas para los desafíos complejos.
Las habilidades críticas no solo incluirán la programación y el análisis de datos, sino también la capacidad de trabajar efectivamente con sistemas de IA, entendiendo sus capacidades y limitaciones. Esto implica una comprensión profunda de la ética de la IA, la privacidad de los datos y las implicaciones de seguridad.
En el ámbito empresarial, las organizaciones que logren adaptarse rápidamente y adoptar estas tecnologías emergentes tendrán una ventaja competitiva significativa. Sin embargo, esto también conlleva la responsabilidad de utilizar estas herramientas de manera ética y sostenible. Las empresas deberán equilibrar la búsqueda de innovación y eficiencia con la necesidad de proteger la privacidad del cliente y actuar de manera social y medioambientalmente responsable.
Como bien dijo Tim Berners-Lee, el inventor de la World Wide Web, ”No hemos visto ni el comienzo de lo que es posible hacer con la red”.
Esta declaración resuena profundamente en el contexto de las predicciones para 2024, donde el potencial de la tecnología sigue expandiéndose, prometiendo no solo transformar nuestras capacidades actuales, sino también abrir nuevos horizontes para la innovación y el progreso humano.