Nos quieren enseñar a no respetar las normas

Es ya sabido que en sociedades urbanas nuevas, producto de fuerte migración rural, el formar ciudadanos para el cumplimiento de las normas es fundamental,. Los gobiernos municipales deben cumplir un importante papel pedagógico, como han mostrado algunos alcaldes de Bogotá, que han producido enormes avances en la formación ciudadana para que la ciudad sea el espacio que realmente genere una mayor calidad de vida.

Lamentablemente en nuestro medio sucede lo contrario: lo que las autoridades nos enseñan es mas bien como no respetar las normas, o mejor como conviene mejor no respetar las normas. Daremos algunos ejemplos.

Primer ejemplo: Se prohíbe los giros a la izquierda en muchas rotondas, pero no se controla el cumplimiento, por lo que poco a poco, los conductores mas “vivos” comienzan a no hacer caso y giran a la izquierda, sin que nada suceda. El ciudadano honesto que observa la impunidad de la maniobra, se siente un tonto, pero su formación ciudadana no le permite hacer lo mismo, aún así, queda con una tremenda frustración.

Segundo ejemplo: Los semáforos quedan encendidos las 24 horas cambiando de rojo a verde, cuando en la madrugada ya no hay el tráfico que los justifique. Sucede que los cumplidores de la ley se quedan esperando su luz verde, aunque no hay vehículos al otro lado, pero los “machos” pasan nomás. El problema es ¿a partir de que hora ya no se debe obedecer a los semáforos, ¿las 10 de la noche? ¿la una de la mañana? No se sabe, pero de nuevo, los cumplidores de la ley quedan como idiotas. En otras ciudades, a partir de una cierta hora, las luces se ponen todas amarillas, para indicar precaución pero sin dar prioridad...o se apagan las luces.

Tercer ejemplo: Cada cierto tiempo, a los gobiernos municipales “se les ocurre” que quieren ser ecológicos, e instruyen a los ciudadanos a que seleccionemos la basura. En algunos casos hasta nos dieron bolsitas de varios colores. Muchos estábamos emocionados y comenzamos a seleccionar los deshechos sólidos, sin saber que las bolsitas seleccionadas eran recogidas por los funcionarios y arrojadas de inmediato al camión frente a nuestros ojos. Trabajo al fosforo.

Cuarto ejemplo: Los carriles exclusivos para micros, la norma más violada de todas, pero ahí está, pintada en el piso.....Si no funciona, elimínenla, pero no mantengan una ficción, es antipedagógico.

Pero curiosamente, hay algunas normas que sí les agrada exigir que se cumplan, aunque dichas normas tengan mas de 20 años y nadie sepa ya cual es su objeto. Es lo que sucede con la prohibición del estacionamiento hasta a una cuadra de la plaza, norma nacida cuando se pensaba que lo que se debía buscar era “la fluidez” del trafico y no el estacionamiento que hoy sí es la verdadera prioridad.

A la Policía de tránsito, a funcionarios municipales y a los dueños de grúas les encanta esa vieja Ordenanza, que como dijimos nadie sabe ya para que sirve pero que exigen con entusiasmo su cumplimiento y ahí están, en el puesto del deber, aunque al lado haya una “vagonetanga” en doble fila que perjudica mil veces mas el tráfico, pero a la cual ni siquiera la miran.

Para concluir, proponemos que en vez de decir “hecha la ley, hecha la trampa”, que culpabiliza al vecino, se diga “hecha la ley, la mantengo si me conviene, si no, me olvido de ella”

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