“¡Hoy ingresamos a un lugar de El Trópico de Cochabamba en el cual las fuerzas policiales antinarcóticos no pudieron realizar su trabajo por más de 16 años!” escribió el Min. Gob. en RRSS. Olvidó el detalle que pudo haber mostrado una verdadera voluntad o su debilidad: entraron 3 años, 2 meses y más de 10 días después de estar en vigencia el gobierno; cuando la situación política y las posibilidades de mantener poder en la zona, por parte de Evo Morales y sus cocaleros ha disminuido al punto de ser casi intrascendente en el país, manteniéndose sólo en el Chapare, que es donde entraron, situación que pone en peores condiciones al huido, quien no se va a atrever a protestar por lo ocurrido. Está perdiendo el territorio.
Y no es que esté mal que hayan entrado, pero las fuerzas especializadas en lucha antidroga, sea la local UMOPAR y organismos como UNODC, la DEA, la UE y quien se quiera nombrar, sabían que Chapare, los dominios de las 6 Federaciones y sindicatos del Trópico que responden a Evo Morales. Lo sabían y lidiaban con eso los fruticultores y otros dedicados a trabajos lícitos (la coca es legal en esa zona) sabían lo que ahí ocurría desde antes que Evo Morales gane la elección del 2005.
Como 16 años antes se hacían operativos antidrogas en la zona y se erradicaba, generando que Morales extienda su sistema de información y contrainteligencia rústico pero muy eficiente que le daba para 2 cosas al menos: abandonar la zona donde se acordaba que entren o dejarles las fábricas de cocaína, sin personal. Muy muy parecido a lo del fin de semana que termina , cuando se anunció se encontraron “25 fábricas móviles de elaboración de cocaína” y no hubo ni un solo detenido, donde encontraron coca sembrada y... para levantar generar susceptibilidades: piscinas de Tambaquí, o sea el pez que cultiva Evo Morales en sus tierras. Casualidad? No, intencionalidad.
“3 años, 10 meses y más de 10 días de mirar para otro lado” se rompen por la necesidad política, porque si Morales no estuviera tan desesperado por seguir siendo el que ya no es, probablemente nunca hubieran entrado a esas fábricas; sólo hubieran cambiado de control, vaya uno a saber.
Para cerrar el tema puntual, que, reitero no está mal, le pido al lector recordar el caso de Valle Sacta, donde la incursión del Cnel. Terán fue obligada a abortar por el Vice Ministro de Gobierno (denuncia ante Fiscalía por el citado) y los altos Jefes de la FELCN y otras reparticiones del Estado, porque este había entrado a unas fábricas que, son sospechadas de ser de “amigos del poder” (las otras las había denunciado Evo Morales). “Solucionaron” el asunto al día siguiente: atacaron otras fábricas de cocaína, que no fueron las que entró Terán. Pongámoslo claro; atacaron no las que denunció Evo Morales, sino las que se cuidó de no denunciar. Eso es mirar para otro lado. El asunto nunca se aclaró: ahí lo dejo, porque el tema es otro.
Voy a insistir con la valiente decisión de Estado, asumida por el presidente Daniel Noboa de Ecuador que decidió tomar acciones decisivas para evitar que su país siga en la senda que permitió el “Socialismo del Siglo XXI a la cabeza de Correa, es decir, laxo control de las actividades ilegales. Correa hace unos días terminó apoyando las acciones gubernamentales.
Evo Morales, Correa, Maduro (por citar a algunos), miraron para otro lado cuando se trató de combatir el narcotráfico como se debía y ahora este Ecuador, que es diferente; no sabemos cómo le vaya ir más adelante en política económica, pero es diferente, no está dispuesto a compartir el poder con grupos delincuenciales y esa es una buena razón para ver ese gobierno con esperanzas. Los narcos apuestan fuerte; tratan de poner a la opinión pública ecuatoriana contra el gobierno o que al menos haya paz acordada; ello ocurre cada vez que matan rehenes frente a las cámaras de RRSS; muestran poder e invitan a pactar un armisticio donde casi se reconozcan 2 poderes; el formal y el del delito.
El año 2015 escribí Coca, Territorio, Poder y Cocaína y lo reforcé, aumentando texto y datos el 2016 : La tesis central, era denunciar que en Bolivia se había logrado la coexistencia perfecta del poder y el narcotráfico: la Coca le dio a Evo Morales un Territorio; ese territorio generó Poder y su llegada a él; la idea que tenían, era controlar al narcotráfico, es decir la Cocaína gracias al control del territorio por parte de las fuerzas cocaleras; así mantendrían esa especie de “paz” que busca Ecuador desde la ventaja que se les permitió tener, simplemente “mirando hacia otro lado”.
Por momentos, Morales lo logró, pero eso fue sobrepasado por las relaciones del Poder fáctico individual y político, con el narcotráfico: por los comandantes ligados a la lucha antidroga y dirigentes y aduaneros, coludidos con el tráfico de drogas y ahora, como el narcotráfico siempre “quiere más”, tras de ello va. Ahora que Morales no es presidente hay un espacio vacío y se aumenta la presencia de narcos colombianos con varias actividades (prestamistas de dinero, control territorial de ciudades), narcos mexicanos que están donde se fabrique cocaína, controlando calidades y cantidades para luego exportar y, por supuesto los brasileños PCC y C. Vermelho que están en todo, controlando la más extensa frontera nacional desde Pando hasta Paraguay, con quienes también tienen relación; aquí también puja por entrar el poder político, aunque lo intenten negar.
El gobierno lo sabe y además de atacar las fábricas de lo que se supone son los dominios de Morales, sólo actúa (el gobierno) a pedido; los brasileros trabajan todo el tiempo, informan y actúan en la frontera y a veces en territorio nacional. En el último tiempo, los paraguayos denunciaron a Marset y tras de él se fue, sin mayores éxitos, vaya uno a saber por qué, es muy sospechoso todo eso. Marset bien pudo venir a Bolivia como encargado de los brasileños y el sur (Paraguay-Uruguay) a ocupar el espacio que dejaba el modelo Morales vacío, es decir el control de los narcos, vía los cocaleros. Como sea, el poder narco es inmenso, fábricas sin gente capturadas sólo los hace perder tiempo y plata, todo lo demás sigue intacto y se siente el poder que tienen en la calle, porque lo que queda, es decir su plata, la “lavan” en las calles de ciudades y pueblos de todo el país.
Ese es el primero de nuestros problemas; el segundo: el contrabando. Muy poderoso, lo último de los 5 militares probablemente asesinados en la zona fronteriza del Sur es una demostración de ello. Ropa y líneas blanca y negra, además de autos bárbaros (la reivindicación de los pobres se sostiene desde el MAS), eso es Chile, además de comida, por supuesto. Brasil tiene su parte, desde camiones robados y ganado de ida y vuelta, hasta confecciones y comida, es muy extensa la lista y esa frontera manejada ilegalmente por la mafia de ese país que llega “hasta por acá”. Los asesinados son muestra de su poder.
¿Paraguay? Marihuana de venida, cocaína de ida y entran cigarros y alcoholes de todo tipo, además trata de blancas. Bolivia es destino y paso de todo lo que se trae desde allá, a lo mejor desde la Triple frontera que no es poca cosa y Argentina, con comida, vinos, ropa. De los 3 lugares entra los precursores. Hay de todo.
Y el Oro, manejado por narcos y chinos con empresas que destruyen el medio ambiente y los ríos, aceptadas por el gobierno, también son un poder contra el que no puede el Estado.
Y está la guerrilla avasalladora en el oriente, prohijada por el gobierno, que cuenta con información del INRA para saber dónde entrar y para ayudarlos a “hacer trámites” para “nuevos campesinos” recolectados en las terminales o mercados de occidente, que tienen que pagar hasta 600 dólares para ser parte de un sindicato; de lo demás, se encarga Pailón. Esa es la ocupación territorial en busca del triunfo electoral; ahí también hay narcotráfico. Esa violencia con la que se ha visto, actúan, en determinado momento, cuando el gobierno no pueda satisfacer sus demandas, será volcada contra el poder; ha ocurrido así en otros países complacientes, porqué acá no?
Y eso de “gobierno complaciente” es una realidad, porque además tenemos un Estado casi en la insolvencia y, curiosamente, sin crisis económica en la calle, porque entre el narcotráfico, los mineros ilegales y contrabandistas llenan los mercados, hay “de todo y barato nomás”; esa relación perversa terminará volcándose, como ocurre con los contrabandistas, si se pretende dar la impresión de que el Estado lucha contra lo que hacen.
Ecuador tiene más violencia aunque de un solo lado; (hay oro también, pero es ínfimo ese problema frente al narco) nosotros, bah, el poder boliviano tiene la ventaja de que hay 10.000 millones de dólares en la calle, millares de gentes que viven de eso y, hace unos días, el ministro reconoció que en el “colchón bank” hay más de 10.000 millones, olvidó decir que el contrabando de oro (aumentá 3.500 millones U$d por año), tiene “más reservas físicas” que el BCB eso, frente a un estado pobre, es un problema que, el Gobierno, hoy, no sabe cómo salir.
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