La noticia que dio la vuelta al mundo al acabar la primera semana de junio fue el anuncio en boca del propio Lionel Messi de irse a vivir a los Estados Unidos para jugar en el club Inter de Miami de la siempre menospreciada Major League Soccer (MLS), decisión aplaudida por muchos y criticada por otros tantos. A punto de apagar su velita número 36, Messi ha decidido con la mente, con el corazón... y claro está, con la billetera, y derecho tiene, a las tres cosas.
Con la mente, porque es consciente de que los años no pasan en vano, por eso no tuvo reparos en admitir que abandona el fútbol europeo, ese que demanda un gran despliegue físico, para recalar en una liga con menos exigencia, en la que pueda disfrutar el cierre de una carrera que lo ha llevado a ser uno de los tres mejores de la historia de este deporte. Quiere estar lejos del foco, dijo, por eso eligió un país en el que el ‘soccer’ no es el deporte número uno, ni siquiera el dos, o el tres.
Con el corazón, porque confesó que no fue feliz en las dos últimas temporadas en París. En lo deportivo, porque tuvo altas y bajas con el Paris Saint Germain, y en lo personal porque su familia tuvo problemas para adaptarse al estilo de vida en la Ciudad Luz, tras abandonar Barcelona. Esa latinísima Miami permite a su esposa e hijos un buen pasar, sin las barreras culturarales e incluso de idioma que le representaban otros destinos.
Y ha decidido también por una buena opción económica, porque en la MLS además del buen salario se le vienen ingresos por publicidad, por porcentaje en venta de entradas, y por ser imagen de grandes eventos. En Arabia pudo haber ganado el doble, pero hace rato que sus finanzas le permiten a Messi descartar esa ‘jubilación dorada’ por una que también tiene importantes ingresos y no conlleva un olvido anticipado a cambio de muchos ‘petrodólares’.Tan cerca del retiro, y con la fama y dinero acumulados, Messi tiene el derecho de terminar su vida deportiva donde le plazca. Y le place irse al país del norte. Ya lo había anticipado, en una entrevista que dio en 2020. Y en esa dirección fue avanzando. No es coincidencia que el Inter de Miami dejara libre al inicio de esta temporada la casaca 10. Es que se trata de un ‘ganamos todos’, porque los gringos le van a sacar el jugo a esta inversión para relanzar la MLS y darle manija a la Copa América 2024 y al Mundial de FIFA 2026. Y Messi hace una última escala, antes de finalmente colgar las chuteras e irse a vivir a la Ciudad Condal a la que considera su casa.