En Bolivia tampoco la ven: Memorias de un 2023 para el olvido
Recientemente conversaba con un amigo que me indicó que su 2023, su cierre comercial del año, ha sido el más difícil desde que inició su negocio hace casi diez años. Y así, varias personas se han enfrentado a desafíos importantes a lo largo del año. Me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor y siento que aquellos que están administrando el Estado no se dieron cuenta de la gravedad del año y eso me da rabia.
El año es duro en todo el planeta, pero en otros lugares están haciendo los deberes para levantar sus economías, para levantar sus mecanismos de defensa contra la crisis. Estados Unidos, por ejemplo, es un país que después de la pandemia está creciendo a ritmos extraordinarios para ser de las principales economías del planeta, ni que decirlo de China. Entonces, hay claramente un problema de administración de la crisis detrás de lo que ha significado el 2023. Porque en Bolivia, económicamente, tenemos una balanza comercial negativa, significa que nuestro año ha sido de más salida de dinero que de ingreso de dinero, a pesar de una coyuntura internacional favorable, porque nosotros, exportamos minerales y gas (ya casi nada) y también exportamos alimentos, la agroindustria como se dice. Y en la agroindustria hemos tenido un contexto de precios internacionales extraordinario, que nuestra producción pudo haber sido mágica, ese auge de precios nos hubiese ayudado muchísimo a paliar esta crisis económica, hubiese ayudado muchísimo. Pero como no hay un beneficio para los gobernantes que están del lado de las alturas y que saben que en la empresa privada no hay retorno para ellos, porque no forma parte importante de su modelo de economía centralmente planificada, no es algo que incentiven. Porque claro, ese recurso se va a quedar principalmente en el lugar donde se genera, en las manos que lo generaron y en la economía que se mueve detrás de esas manos. Y evidentemente no son grupos sobre los cuales puedan ejercer algún tipo de presión porque no tienen favores que darle al gobierno. Entonces no les interesa. No están en su análisis estratégico, no la ven (como dice Milei). Y es un error, claramente es un error, porque tranquilamente podrían dar un poquito más de ingreso a los bolivianos en general y algo va a caer en cada rincón, probablemente más en donde se genera, de hecho, pero se multiplica, el efecto multiplicador es extraordinario siempre y ellos no lo ven.
Sobre eso, escasez de dólares, que es una muestra clarísima de la pésima administración económica, de cómo se manejan los del MAS, realmente triste. Triste porque ellos fueron consecuentes en su momento con decir de que lo que se estaba acumulando en los años de bonanza eran para paliar la crisis, pero su visión fue corta y probablemente estemos agotados, nuevamente, no la ven. Ya hay más años de desaceleración que años de aceleración. Podemos hablar de que la aceleración fue dada desde 2006-2007 al 2014-2015. Hablamos de 8 a 9 años y del 2015 al 2023 han pasado 8 a 9 años también. Entonces, hoy por hoy, en los últimos 18 años, probablemente la mitad hemos acelerado y la otra mitad hemos desacelerado. Ya el éxito del modelo económico está totalmente en duda. Y lo que se viene para el 2024 está claro, puede ser más duro todavía y ya marcar la debacle final. Pero la falta de dólares es una muestra clara de que se agotó el modelo, de que eso que se acumuló para paliar la crisis ya prácticamente no existe. Hemos tenido que hacer una ley del oro para vender el oro, para tratar de paliar la crisis y seguimos sin tener los dólares. Y no veo yo estrategias del gobierno para traer dólares a Bolivia. Y este camino no es tan complejo y viene con lo que señalaban en el capítulo anterior. Para traer más dólares hay que fomentar la exportación, para que la gente que puede vender al extranjero y traer los dólares del extranjero, pueda traer la mayor cantidad de dólares posible. Muchas cosas se pueden hacer que la exportación crezca. Y no se hicieron, nada mas que pagarle mas por sus dólares a los exportadores. Se dedican a mentirnos, a decirnos que todo está bien, que todo va en buen camino, que hay crecimiento, que lo lanzan detrás de estadísticas mentirosas y desactualizadas. Porque en lo que impacta a la gente sí hay inflación, sí hay una inflación creciente. Probablemente el único tapón para una inflación más grande, que es que nos gastamos un montón de plata en mantener un precio para los combustibles y subsidiamos uno de los principales insumos de la economía. Y la realidad es que volamos en un avión que ya estpa aterrizando de emergencia y pretendemos que el aterrizaje no sea tan duro, pero la realidad es que estamos aterrizando un avión sobre un bosque y estamos destruyéndolo, al bosque y al avión. Y en algún momento el avión se va a detener y ya no vamos a tener más de dónde sacar para sostener la economía. En ese momento va a haber que bajarse el avión y ver dónde estamos. Y cuando nos bajemos de ese avión y veamos dónde estamos, nos vamos a dar cuenta que estamos al borde de un precipicio y que probablemente nadie nos quiere ayudar. Entonces, estamos en una situación bastante, bastante compleja en términos económicos, subsidiando los combustibles a un nivel que en algún punto va a reventar. Y en el momento en que reviente la inflación se va a disparar, la conflictividad se va a disparar, todo se va a ir al carajo. Estamos en una situación compleja en ese sentido y estratégicamente la visión de quienes están liderando el país no tiene norte, no la ve, porque la estrategia de sustitución de importaciones no existe. No sé qué importaciones pretendemos sustituir. No sé qué estamos haciendo en gran escala para sustituir la principal importación de Bolivia, que es el combustible. Lo del biodiesel es el 5% del mercado. Lo del etanol, lo mismo. Realmente hablamos de que las estrategias apuntan a resolver el 5% del mercado. Atender al 5% de la economía y ¿el otro 95%? ¿qué fomentos serios tenemos para el cambio del parque automotor a vehículos eléctricos (que de hecho nos liberan muchísimo de la presión sobre el gasto en la subvención)? Muy poco, muy poco. Realmente, si quisiéramos ser agresivos sobre eso, yo te diría que el 2024 dale al litio, dale a la electricidad el impulso que se merece. Y podrías pensar ideas de cualquier tipo, pero una idea importante es tratar de reorientar algo de todo eso que se invierte en gasto, que significa plata quemada en comprarle gasolina a extranjeros, en una inversión para el Estado, para la población, que fuera cambiar el parque automotor a autos eléctricos. Hablo de algo agresivo como darle un financiamiento sin tasa de interés para los que quieran sacar vehículos eléctricos, además de liberar al extremo esa importación, incluso fomentar lo que se pueda producir localmente. Un mecanismo verdaderamente extraordinario que podría posicionar a este país como un país a la vanguardia en el tema de electromovilidad. Pero no la ven y pronto va a reventar ese chichi, como decimos. Entonces no hay un futuro claro.
Sobre eso, una Asamblea Legislativa que poco hace, que poco trabaja, que realmente cuando se revise todo lo que se ha logrado en 2023, no encontremos grandes hitos. División en todas las agrupaciones que están en el Congreso. La República de Weimar es un ejemplo clarísimo en la historia para mostrar lo compleja que puede ponerse una fragmentación tan grande, con una característica maniquea respecto a los liderazgos, que deben ser mesiánicos o no serán, que siempre el líder tiene que ser el que tiene la razón y el resto son unos estúpidos. El dolor que hay detrás de todo esto es importante. Todo es a destiempo, todo tarde, sin la necesidad de los acuerdos, realmente demostrando a la población que la única manera de avanzar en este país es a los tropezones con gobiernos más tirando al autoritarismo porque no nos podemos poner de acuerdo. Y la realidad es que el autoritarismo puede servir por un tiempo, pero lamentablemente siempre, siempre llega a un punto de quiebra y fracaso. Porque la gente se cansa. Porque el depender de un liderazgo, implica depender de alguien que se puede equivocar y que se puede equivocar feo. Sobre eso, nos vamos a enfrentar a un 2024 con unos magistrados en el Tribunal Constitucional que no deberían estar por la irresponsabilidad de toda la Asamblea Legislativa, no solamente del MAS, sino de todas las personas que están ahí. Los disidentes de Creemos, los camachistas de Creemos, los disidentes de Comunidad Ciudadana, los mesistas de Comunidad Ciudadana, los evistas y los arcistas. A simple vista, después de tres años en gestión, está quedando muy claro de que de haber elegido tres partidos para que nos representen en la Asamblea Legislativa Plurinacional hoy podemos hablar de por lo menos seis visiones distintas y probablemente estemos por encima de ese número hablando de unas 8, 9 o 10 y que no se blanquean, no se clarifican. Realmente yo desearía que para el 2024 se sinceren y a nosotros, a la población, nos diga: “Nosotros 15 diputados y senadores somos de tal grupo. Llegamos acá por Comunidad Ciudadana (por decir algo), pero hoy por hoy estamos divididos y apoyamos esto, creemos en esto” Y así que lo hagan todos (evistas, arsistas, camachistas, etcétera, etcétera, etcétera) Ojalá lo hicieron, pero aquí de nuevo, no la ven.
Y si hablamos de los otros niveles del Estado, el departamental y el municipal. Y al menos en Santa Cruz, porque es lo que puedo hablar, porque es donde vivo, tenemos un gobierno departamental que no existe, que el 2023 quedará marcado como el año en que, después de casi 20 años de elegir democráticamente a nuestras autoridades departamentales, pasamos un año completo con la autoridad departamental principal recluida y supuestamente trabajando. Con un trabajo marcado por la magia. Porque no existe otra palabra que magia para que una persona pueda trabajar en un cargo tan alto desde la cárcel, cobrando un sueldo importante por trabajar desde la cárcel. Entonces, realmente es solo por simbolismo y sí tienen razón que lo tiene, pero más que eso pesa la gestión administrativa, la gestión de lo público. Y probablemente queden en los libros de historia como la gestión donde la máxima autoridad no estuvo durante todo el año en sus despachos. No lo pisó. Y eso es un hecho. Más allá de que los motivos sean complejos y profundos, es un hecho que el gerente general de esta empresa que se llama Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz no fue a su oficina en todo el año. Y es lamentable, muy lamentable, porque es nuestra empresa, ¿me entienden? ¡Es nuestra empresa! ¡Es la empresa de los cruceños! Y nos hemos dado el lujo de que nuestro gerente no vaya a trabajar durante un año bajo argumentos estúpidos. Teniendo a su remplazo electo de manera popular. Y sin la necesidad de que el otro renuncie, simplemente pidiendo una licencia, manteniendo el simbolismo de su elección y de su investidura, pero dejando la gestión a alguien que fue electo democráticamente y que si puede ir a trabajar. Pero pesaron más las disputas internas. Y eso es un profundo error. Ellos tampoco la ven.
Sobre eso, la pésima gestión ambiental. Después de un 2019 que lo pasamos mal con el humo, el 2023 lo pasamos peor. Eso no me cabe la menor duda. 2019 tuvimos por un mes la ciudad llena de humo. 2023 fueron dos meses. Y no importa quién haya sido quien inició los incendios. Tampoco importa tantísimo quién es quien en capacidad de acción. Ante una emergencia como la que vivimos, más importa haber hecho todo lo que se pudo hacer para paliar la emergencia y yo estoy convencido de que desde el Gobierno Autónomo Departamental no se hizo ni la mitad de lo que se podría haber hecho. Entonces, es una mala gestión. Tampoco la ven.
Y finalmente, en lo que refiere al gobierno municipal, es realmente lamentable la forma en la cual administran. El nivel de corrupción al cual llega la administración local. Se ve algo de trabajo, principalmente en lo que refiere a pavimento, sobre todo en las áreas alejadas del centro. Ahí se ve en algo que hay inversión (el colmo fuera que no la hubiera). Esa fórmula de Percy, la fórmula de Percy, pero la fórmula de Percy tenía otros elementos que no solamente apuntaban a la inversión y al crecimiento en infraestructura de caminos y pavimento, sino también en escuelas, hospitales, lo que se llama desarrollo humano. En esa época había otra gestión. En esta se nota claramente que hay negociaciones prebéndales con los grupos de poder. Por eso el tránsito es un desastre, porque hay negociaciones con los grupos de transportistas. Por eso la administración del recojo de basura es otro desastre. Se nota claramente que hay falta de planificación de visión, tampoco la ven.
Ojalá que el 2024 podamos tener otras luces para el futuro de nuestro país y que comencemos a ver más claro el futuro para nuestro país.