No la tuvo fácil Brasil en su debut, ante una combativa Serbia, que en la primera etapa le cerró los caminos al arco y mantuvo en cero el tanteador, en base a presión alta y juego ordenado. Si bien la ‘Canariña’ no pasó apuros en ese lapso, tampoco hizo gran diferencia y algunos como Raphinha, Vinicius y el propio Neymar quedaban en deuda.

Tras el descanso, saltó a la cancha un Brasil con mayor decisión, en coincidencia con el degaste físico de los balcánicos que pagaron factura por haber salido a marcar hasta en campo rival. La magia fue apareciendo y no tardaron en llegar los goles, con doblete de Richarlison. Y pudo ser mayor la diferencia, de no haber mediado los postes en remates de Alex Sandro y Casemiro, o un par de intervenciones del arquero Milinkovic-Savic.

Los dirigidos por Tité mostraron tener variantes ofensivas para superar los previsibles muros defensivos. Cuando no pudo entrar por el centro del campo buscó con remates desde fuera del área, o rompió líneas con volantes y laterales que escalaron libres de marca. También evidenció tener buenas alternativas en la banca de suplentes.

En el balance, Brasil hizo los deberes y confirmó que tiene plantel y alto rendimiento para pelear el título en el Mundial de Catar 2022, para responder al paso de parada que mostraron en su estreno Inglaterra y Francia. De momento es la gran carta sudamericana, a la espera que Argentina y Uruguay levanten cabeza, y que Ecuador ratifique lo hecho en el partido inaugural.

Aviso editorial Las opiniones publicadas en la sección de Columnas de Opinión de Unitel.bo corresponden a sus autores y no son un reflejo de la línea editorial de Unitel