Derrotados dentro y fuera de la cancha

El adverso inicio en las Eliminatorias, con goleadas en contra incluida la encajada en el estadio Hernando Siles y sus 3.600 metros de altitud que ya no meten miedo, pone a Bolivia tempraneramente contra las cuerdas en la ruta hacia el Mundial 2026 con un agregado: si las cosas dentro de cancha andan mal, por fuera están peor.

Perder de visitante con Brasil, incluso por tal diferencia, era un resultado previsible, dado el nivel de los rivales que militan en competitivas ligas europeas. La derrota con Argentina... también lo era, porque al frente estaban los actuales campeones del mundo, que en la anterior Eliminatoria y bajo el mando del mismo entrenador ya se habían llevado los tres puntos. La crítica principal pasa porque para el segundo juego se había prometido un cambio, con mucha presión alta e intensidad para aprovechar la altura.

Ni lo uno ni lo otro. Argentina jugó a placer y Bolivia parecía el visitante. El corolario fue una desafortunada conferencia de prensa del entrenador, que parece tener menos ‘timing’ que los zagueros que elige. No es la primera vez que el DT pretende alejar su cuota de responsabilidad, apuntando hacia el entorno y ahora contra sus propios futbolistas. Puede tener razón, pero con sus inoportunas declaraciones se convierte en parte del problema, no de las soluciones.

¿Qué se viene ahora? Una pausa corta, hasta los dos siguientes partidos en octubre, en casa contra Ecuador y visita a Paraguay. Si lo que faltó es actitud y eso no se compra en las farmacias, para ser consecuente con sus palabras el DT tendrá que dar opción a otros nombres en cancha. Y los futbolistas tienen que dejar de pedir disculpas y poner más entrega y mejor juego, para al menos igualar, sino superar, el rendimiento que mostraron en los partidos de fogueo.

Fuera de la cancha, las cosas andan tan mal o peor. No se reanudó el campeonato local, que con sus deficiencias es la única competencia que tiene más del 80% de los convocados, habida cuenta de que hay pocos en ligas del extranjero. La Federación Boliviana de Fútbol se mordió la cola con el tema de la corrupción en el fútbol en la que implicó a dirigentes, árbitros y jugadores, pero sin mostrar las pruebas que justificaran la apresurada decisión de anular la temporada 2023.

Mal dentro y fuera de la cancha. Así fue el arranque en las Eliminatorias, para un Mundial demasiado lejano a la luz de lo poco y mal que se trabaja para clasificar.

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