Brasil selló su avance a cuartos de final más fácil de lo previsto. Antes que concluyera la primera etapa ya aplastaba 4-0 a Corea del Sur, con una exhibición de superioridad individual y colectiva. Tal fue su poder en ataque que ninguno de los arietes auriverdes se repitió en las anotaciones: Vinicius, Neymar (de penal), Richarlison y Paquetá empujaron la pelota a las redes y también dieron asistencias o participaron en las jugadas de los goles. El balance lo dio Casemiro en el centro del campo y apareció el arquero Becker en el complemento cuando la ‘Canarihna’ cayó en un previsible declive.

Los coreanos no pudieron repetir los buenos antecedentes de los que venían precedidos, tras haber derrotado a Portugal y eliminado a Uruguay, en una jornada aciaga para el fútbol asiático porque unas horas antes Japón también había sido apeado de un Mundial de la FIFA en una etapa en la que ya no parece haber lugar para más sorpresas.

‘Orden y progreso’ se lee en el centro de la bandera brasileña, un lema que bien puede resumir el rendimiento de este Brasil, que aplica a cabalidad un libreto abundante en fórmulas de ataque y que regala las pinceladas de ‘jogo bonito’ que le permiten una camada de futbolistas talentosos. A nivel colectivo exhibe un nivel de mejora gradual y constante que ratifica su condición de favorito al título. Junto a Inglaterra, aparece como una de las selecciones más sólidas hasta ahora.

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