Elba Rodríguez la humildad de una mujer ganadora, embajadora de sus raíces bolivianas

En el 2014, el nombre de Elba Rodríguez y de Bolivia sobresalieron en las pantallas de la televisión internacional ya que esta argentina de nacimiento, pero de padres bolivianos, logró  exponer en lo alto la gastronomía de nuestro país gracias a la mejor sopa de maní que cocinó y que  la hizo merecedora de convertirse en la primera MasterChef Argentina. 

Las cocinas de MasterChef Bolivia se llenaron de orgullo al recibir en el lunes de competencia a esta mujer que anoche nos acompañó como parte del jurado. Con la naturalidad que la caracteriza, Elba no sólo evaluó a los participantes  también compartió sus secretos de cocina y sobre todo los motivó a continuar a pesar de cualquier percance en la vida. Nos habló sobre su experiencia en esta gran competencia y su participación como jurado de MasterChef Bolivia. 

Según Elba, jamás imaginó que aquel “pollo a la suiza con arroz primaveral”, que le dio la cuchara conquistaría al selecto jurado de MasterChef Argentina. “Desconocía la competencia porque  era una de las primeras ediciones, pero a medida que iban pasando los desafíos iba cayendo donde estaba y agarraba confianza”, señaló. 

Vivir la experiencia de estar en televisión y cocinar para ella fue algo nuevo y nunca imaginó que ganaría la competencia, es más por momentos aseguró tener sentimientos encontrados y también reconoció las ventajas que tenían sus compañeros. “Observaba a mi alrededor que quizás habían otros competidores que tenían más experiencia, que iba a comer a restaurantes que viajaban por el mundo, yo no tenía nada, inclusive no había ido a comer a un restaurante”, confesó con humildad. 

Es inevitable que Elba se emocione al hablar de Bolivia, la tierra de sus padres. Aseguró estar emocionada de volver de la mano de MasterChef y haber formado parte del jurado. “Es como que dos pilares de mi vida se unificaron”, expresó. Se conmovió al ver a los concursantes y expresó que fue muy nostálgico recordar que ella también estuvo en esas cocinas. 

Con el desafío de la sopa de maní, aseguró que su intención fue que los participantes valoren la gastronomía boliviana y el rol que tiene la comida en el hogar, pero sobre todo volver a nuestras raíces que es parte de lo que nos hace distintos y no hay que olvidar. “La sopa de maní fue uno de los platos que marcó un antes y un después en el certamen.  En su momento no dimensionaba mucho de la repercusión pero después me di cuenta lo fuerte que fue, no solamente el plato porque es riquísimo sino por la historia de vida que había detrás”, reveló.