Contrabando: En vez de pasajeros, los pasillos y asientos de los buses son abarrotados con mercadería

Un día entre semana y a plena luz del día, las cámaras de Unitel registraron como un bus en los andenes de la terminal Bimodal, estaba lleno de mercadería de contrabando, en los pasillos y en los asientos. La descarga se realizó con normalidad, como si no se tratase de una actividad ilegal.

Es más, las autoridades lo saben, como dejó sentado el viceministro de lucha contra el contrabando, Pedro Vargas, quien señaló el 21 de abril en Cochabamba que “hay buses que llegan de la frontera con Argentina con cuatro pasajeros y llenos de mercadería ilegal”. 

Además, dijo que tienen identificadas empresas de buses y a personas y que “deberán responder ante la justicia”.

Unitel llegó hasta Yacuiba, donde se constató que la mercadería ilegal se interna, entre otros puntos, por un lugar denominado ‘El paso’ o ‘El baño’, esto debido a que se trata de un pasadizo que conecta un alojamiento en Bolivia con un garaje en Argentina.

La explicación que se recibe de un librecambista es sencilla, “si quiere pasar mercadería ilegal, vaya por ‘el baño’, ahí paga un ticket de Bs 3 o 100 pesos argentinos”. El lugar está en un alojamiento por el que se ingresa supuestamente para usar el baño, pero la afluencia de gente que entra y sale (salen con mercadería ilegal), hace notorio la verdadera función del lugar.

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Una vez dentro, tras dejar atrás el pasillo, se ingresa a un espacio donde están los baños, luego al patio y se llega a una montecito que está cortado por una quebrada; al saltarla o pasar por una viga de madera improvisada como puente, ya se está en tierra argentina. Se sale a un garaje y se topa con una feria de productos argentinos.

Una vez compran la mercadería, los contrabandistas las almacenan en las aceras de las calles, las sacan de las cajas y las meten en bolsas para subirlas a los buses y hacerlas pasar por ‘bultos’.

Los vendedores de boletos de algunas empresas de buses explican el procedimiento para cargar la mercadería y pagar una tarifa por cada caja que se transporta. “Hay flotas las más antiguas que se las llama ‘cargueras’ porque van con unos cuantos pasajeros y están llenas de mercadería”, explica el administrador de una empresa de buses.

Ya en el bus, como se lo evidenció en la bimodal de Santa Cruz, los contrabandistas, además de las bauleras, llenan de mercadería los portaequipajes, los espacios de debajo de los asientos, también encima de los asientos ante la falta de pasajeros y también los pasillos. A los pocos pasajeros, no les estorba.

De madrugada, en una de las trancas hay personal de Aduanas y de Senasag. Pero, en el bus al que se le hizo seguimiento, solo subió un funcionario con una linterna, hizo una pregunta convencional sobre la carga y eso fue todo. El bus siguió su camino hasta la terminal Bimodal, donde llegó de madrugada y la descarga se hizo con total normalidad, a vehículos que esperaban en el estacionamiento para cargar la mercadería y llevarla a los mercados.

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