Historia de los Aparapitas, tradicionales cargadores de La Paz
El sacrificado trabajo que realizan estas personas que por años cargan bultos de todo peso y por largas distancias
Cargando atados, así se ganan la vida los aparapitas, término en lengua aymara que en español significa: llévamelo, con el tiempo esta palabra se convirtió en sustantivo para llamar a los cargadores.
La mayoría de los aparapitas son adultos migrantes del campo que salen de sus tierras en busca de mejores ingresos para sus familias.
Don Silverio de 63 años, nació en la provincia Camacho, carga bultos en el mercado, su edad jamás fue un impedimento, sus manos, pies y espalda son su instrumento de trabajo.
Mucha veces los aparapitas no se alimentan lo necesario, ganan desde Bs 2 a Bs 20 dependiendo del bulto y el trayecto que deben recorrer, al cabo de su jornada terminan totalmente agotados.
Las manos callosas, el sudor en la frente y la respiración agitada expresan el trabajo duro y sacrificado que prestan; los cargadores son la respuesta ante la necesidad a un transporte para bultos o cargas.
Según el antropólogo Carlos Osterban los cargadores datan de la época prehispánica, más de cinco siglos después, aún transitan por las angostas o cuestas de los mercados paceños, las vendedoras reconocen y admiran el trabajo de los aparapitas, pues no es nada fácil cargar quintales o arrobas sobre la espalda.
La modernización también llegó a este sector, en la actualidad cuentan con un sindicato e incluso algunos, tiene carritos de dos ruedas para los traslados, para ayudar y cuidar de su salud.
Jorge Chambi de 48 años de edad tomó el oficio de cargador por la necesidad ante la emergencia por el Covid 19, ya que requiere trabajar, para eso llega cada madrugada al mercado Rodríguez en busca de sus caseras.
El historiador Fernando Cajías afirma que los aparapitas son fuente de inspiración para poetas, pintores y músicos, ya que son ícono de nuestra identidad y cultura.