Experto: El contrabando es parte del problema, lo estructural es la subvención de combustible que debe ser revisada

El contrabando de combustibles es un flagelo que golpea la economía del país, pero esto es solo parte del problema que debe atender el Gobierno puesto que lo estructural es la subvención, señala Raúl Velásquez, experto en Hidrocarburos, al referirse a esta política de Estado que, en su criterio, debe ser revisada pues hay factores que la colocan como insostenible.

Entonces, ¿qué debe hacer el Gobierno para detener el contrabando de diésel subvencionado?

Velásquez remarca que el Estado tiene sus propios mecanismos para vigilar el comercio y distribución de carburantes, como son la ANH y la Aduana Nacional, que son instituciones que por su esencia misma deberían estar abocadas al control del diésel, pero hay un tercer actor, que es muy importante: YPFB.

“El problema de fondo es la subvención a los hidrocarburos”, remarca el experto y señala que esta política está próxima a cumplir 20 años y lo que se debe hacer es debatir este problema.

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Puso como datos que en 2022 el país compró en promedio el litro de diésel importado en cerca de Bs 9,80 mientras que en el mercado interno, “ese mismo litro de diésel se lo vende a Bs 3,72, entonces la diferencia es muy grande y la viene cubriendo el país”.

“Es un costo muy grande para el Estado y que tiende a crecer en el tiempo (...) el contrabando es parte del problema, sin embargo el problema estructural es esta política de subvención ciega que implementa el país desde 2004”, indicó Velásquez

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Señaló además que la subvención presupuestada el año pasado era de 700 millones de dólares, es lo que estaba vigente en el Presupuesto General de la Nación de 2022, pero lo que se ha ejecutado, de acuerdo a información de YPFB son 1.700 millones, “mil millones de dólares más que se podrían haber invertido en otras áreas, cerca de cien hospitales de segundo nivel se pudieron haber hecho”.

A esto se suma que el parque automotor de vehículos legales en el país en 2010, cuando se intentó quitar la subvención, era de cerca de 996.000 vehículos, actualmente son 2 millones 226 mil motorizados, lo que significa un incremento de 206%, lo que “muestra la insostenibilidad de este tipo de políticos en el mediano y largo plazo”.

Contrabando

Según datos expuestos por el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez, en un lapso de tres meses se detectó la salida de 4 millones de litros de combustible vía contrabando.

Una vez el combustible llega a la zona de Desaguadero, los contrabandistas optan por cruzar el río que divide a Bolivia y Perú, una frontera natural que está a la vista de todos, al igual que cruzan por el puente internacional que es utilizado por el transporte pesado.

Consultado sobre el contrabando, el experto señala que cuando se analiza la información que ha puesto YPFB a disposición del público, Santa cruz es el departamento que demanda más diésel en Bolivia, cerca de un 38%, “pero cuando se ve los crecimientos por departamento llama la atención que La Paz ha demando un 66% más de diésel en 2022, que en 2015”.

“En la dinámica económica que tiene La Paz uno se pregunta ¿a donde va ese incremento de demanda de diésel? y las respuestas seguramente serán contrabando, o el tema de la minería ilegal que también demanda diésel. En Beni y Potosí también se tiene un incremento. El contrabando y las actividades ilegales también vienen demandando más diésel”, apuntó.

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Declive de pozos

Para Velásquez el país debería reconocer que es un problema serio y estructural pues la caída de los hidrocarburos en Bolivia es una parte fundamental de este problema.

“La producción de hidrocarburos líquidos ha venido cayendo. Si comparamos 2023 con 2015, cerca de un 47%. (por lo tanto) el país enfrenta una situación compleja en la que cae la producción de hidrocarburos líquido, aumenta el parque automotor, el precio internacional al que compra estos combustibles, también tiende a ser más alto. Es fundamental buscar una solución”, dijo.