Alysson Paolinelli: “Cuando hablamos de Biotecnología, estamos hablando de evolución tecnológica”

Paolinelli es considerado el padre de la agricultura tropical de Brasil

Publicado: 14/08/2022 07:00
Alysson Paulinelli, premio mundial de alimentación (Foto: RRSS)

Bolivia no exportaría alimentos hoy, sin el trabajo de Alysson Paolinelli. El ingeniero agrónomo de 86 años es considerado el padre de la producción agrícola tropical, una revolución que transformó a Brasil en el principal exportador de alimentos del mundo.

El ganador del Premio Mundial a la Alimentación 2006 y candidato a premio Nobel de La Paz por su aporte a la producción de alimentos, estuvo en Santa Cruz de la Sierra y aseguró que el futuro de la alimentación mundial se encuentra en los trópicos, que la tecnología y la investigación ha logrado que en Sudamérica se recojan dos y hasta tres cosechas al año, mientras que en las zonas templadas del norte, sólo una.

Su trabajo se remonta hasta hace 50 años, cuando su Gobierno decidió crear la Empresa Brasileña de Producción de Alimentos y, en alianza con los agricultores, lideró una revolución agroproductora que hoy sirve de colchón a Brasil para amortiguar la crisis inflacionaria global.

-    Usted es considerado el padre de la agricultura moderna o tropical brasileña, ¿Cómo fue el proceso en el que Brasil pasó de importar la mayor parte de sus alimentos a ser el mayor exportador mundial?

Motivamos a los productores buscando un cambio, un cambio asistido, con créditos, con todas las preferencias, para que fuese posible hacer esto más rápido y lo más justo posible. Y garantizar que el Gobierno estaría orientando hasta su autosuficiencia en términos de producción, en su finca, en su propiedad. Fue una capacidad de diálogo que tuvimos entre Gobierno y productores.

 

-    Cuando usted era ministro…

Sí, sí. Empezó el programa y terminó en nuestro Gobierno. Yo me quedé entre el 74 y el 79 en el Gobierno Federal. Entonces, fue el tiempo necesario para prepararse. Los productores ya tenían un principio de deseo de cambio y los escogimos para ser los pioneros en el área del Cerrado. Felizmente fue un éxito.

-    ¿Todo esto se consiguió con tecnología?

La base fue la generación y la creación de tecnología de innovación para el productor tropical. Las condiciones del trópico son otras. Tropicalizamos varios productos como la soya, el maíz, el trigo. Como también, otro punto muy importante fue que el productor participara como iniciativa privada. Él no tenía ningún vínculo con el gobierno. Él fue el protagonista de hacer el cambio, desarrollar el cambio y perpetuar el cambio.

 

-    Las cifras de producción de Brasil son muy buenas. Ha pasado a Estados Unidos como el mayor exportador de soya…

Sí, productores de soya sí, como también sobrepasamos al propio Estados Unidos en la exportación a otros países. Somos los primeros.


Las tierras de Santa Cruz son similares a las de Mato Grosso, ¿qué es lo que Bolivia puede aprender de la forma de trabajar de los brasileños?

Veo que no hay problema. El productor que vive acá puede ir y buscar la tecnología de órganos oficiales o de iniciativa privada, que está muy activa hoy. Lo que hay hoy es una oportunidad para que Brasil también transfiera esa tecnología, en beneficio de toda la población. Nosotros sabemos que, mientras más población tenga una renta alta y sea capaz de comer, él va a comer productos brasileños.



-    Bolivia tiene hoy un problema con el maíz. Debido a la sequía y a la falta de tecnología hemos tenido una producción muy mala, ¿cuál es la experiencia brasileña con el maíz?

Hay una evolución muy grande, especialmente por el riego. En Brasil, en el Planalto Central, si usted llega, usted hace tres cosechas de maíz por año. No es recomendable, la rotación es muy importante, pero puede si quiere. Pero, estamos creciendo mucho en la producción de maíz. Yo creo que en los próximos 10 o 15 años, el Brasil será el mayor productor de maíz del mundo.
 
-    Pero sí hay una práctica de rotación de cultivos entre la soya y el maíz.

Sí, sí y muy buena, porque biológicamente en Brasil se produce una soya que consume mucho menos nitrógeno. Fue una tecnología de microbiología, desarrollada por Embrapa, que en 14 años él estudio un hongo y una bacteria que se asocian a la raíz de una leguminosa y capta del aire todo el nitrógeno que tiene, seca y lo deja en suelo.
 
-    En Bolivia estamos aún en la discusión sobre si se debe o no usar biotecnología, ¿cuán importante ha sido el uso de la biotecnología en Brasil?

 Usted no va a vivir sin la biotecnología. La biotecnología va a comandar el mundo, la mayoría de toda la evolución del mundo. Hay una tendencia a reducir las tecnologías químicas, médicas, etc, para permitir que la microbiología avance y sustituya algunos elementos que hoy son un problema para nosotros. Son tóxicos, son peligrosos, son armas, etc. Usted tiene regiones que se adaptan mejor y son capaces de producir sin ningún riesgo, pero, con biotecnología, va a producir.

-    Cuando hablamos de biotecnología en la producción, ¿estamos hablando de réditos económicos o de seguridad alimentaria?

No. Estamos hablando principalmente de evolución tecnológica. En Brasil estamos muy avanzados, de varios países vienen acá para aprender de Brasil. El productor brasileño, especialmente el que tiene una mejor organización, una mejor gobernanza ya tiene su laboratorio biológico propio y ellos ya estudian, no toda la finca, sino parte por parte.
Nosotros tenemos en el mundo dos agriculturas, una es la agricultura tecnificada, de buena gobernanza, competencia y que tiene un sistema productivo económico, e inteligencia para siempre adaptarse. Por otro lado tenemos otra agricultura que no tiene tecnología y la única cosa que sabe hacer es extracción, extractiva, la madera, la fruta y así sucesivamente. Y usted no tiene tecnología si no tiene oportunidades. No tiene oportunidades si no tiene un mercado y si no tiene mercado, usted no tiene precio. Si no tiene renta para comer, qué triste eso. ¿Cuál es la esencia? Reducir la ignorancia y reducir a aquellos que no tuvieron acceso a estos instrumentos.

-    Somos más de 7.000 millones de seres humanos ¿cómo podemos hacer para todo el mundo al menos tenga lo mínimo para comer?

Había un problema muy serio. El mundo descubrió que con sólo el área templada, la región del norte, no alcanzaría para saciar a todo el mundo. Había la necesidad de tener otra salida y no se la tenía. En 1970, el Gobierno brasileño trató de enfrentar el problema y consiguió crear una alternativa importantísima: agricultura tropical, sustentable, sostenida y sin ningún desgaste para el medioambiente. Es una revolución. Hoy producimos no sólo mejor, a precio más barato, sino con mejor calidad y con constancia de oferta, porque producimos doce meses al año y ellos no lo hacen. Ellos sólo tienen una producción al año. El frío, son seis meses. El clima, el suelo, el aire, todo es diferente. Acá, nosotros estamos agarrando las plantas que atacan a las plagas con más eficiencia que las propias plagas…



-    ¿Cómo ve el futuro de la agricultura tropical?
 Yo veo que el mundo se hace cada vez más dependiente de la agricultura tropical. Nosotros tenemos el mayor interés de ayudarle a nuestros compañeros del trópico, porque sabemos que la miseria, el hambre, la insatisfacción está en los trópicos del mundo. Tenemos que enseñar a todos. Brasil no tiene esto como un arma de guerra, al contrario, tiene que ser un arma de paz.

-    ¿Cuál debe ser el rol de los gobiernos?

Todos estamos pasando por la misma crisis: fue de salud inicialmente, la pandemia. Ahora es una guerra incómoda, que no se esperaba y una crises de precios de la alimentación, que subieron explosivamente. Extrañamente, estamos viendo hoy que los países que fueron siempre los más sacrificados, ya no están solitos entre los más sacrificados. Hoy Brasil está con una inflación menor a la del norte de Europa, de Estados Unidos y de Japón. Y tiene una reducción probable menor que ellos también. Nosotros deberíamos crecer más… Nuestro tiempo llegó, es hora de que se implemente, valorizar nuestra moneda, volvernos un país serio y ser competentes para competir.

-    ¿Y todo esto se debe a la producción de alimentos?

En Brasil el alimento fue fundamental hoy la balanza comercial brasileña es positiva especialmente por el factor agronegocios.

-    ¿Cómo se logra ese matrimonio entre el investigador y el productor?

-    Usted tiene que tener un intermediador, que es el extensionista, el técnico. El investigador muestra, demuestra, pero no hace, no enseña. El otro, toma de aquí, trae para acá, demuestra y hace con el productor. Es imprescindible y tiene que tener los precios adecuados y los mercados.

-    Hay que cuidar los mercados…

-    Lógico. Los gobiernos no deben interferir en los mercados. No es por gusto. Ningún gobierno que interfirió en el mercado acertó.

-    Es un error hacerlo

Siempre. El mercado también tiene errores, pero son involuntarios, por lo general. El Gobierno cuando hace, hace sabiendo que está equivocado.



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