Oruro: Solo toman té porque el agua “no alcanza para cocinar almuerzo”, así es la dramática situación en Sunavi
“No tenemos agua para el ganado, mucho menos para el consumo humano, ni para lavarse la mano”, relató una de las autoridades originarias de Sunavi a UNITEL
Una dramática situación viven los pobladores de la comunidad de Sunavi, ubicada en el municipio de Toledo del departamento de Oruro, debido a la sequía que azota al país.
Su alimentación se redujo a solo tomar té para todo el día, que es para lo que les alcanza el agua que llega en bidones de 20 litros, que son acarreados en motocicleta desde la capital de Toledo, 30 kilómetros de distancia, o desde la misma ciudad de Oruro, a más de 60 kilómetros. El agua del bidón les dura entre cuatro a cinco días.
“Traemos de Toledo, Oruro, en bidoncito para tomar solo té. Nada más, no alcanza para el almuerzo. En ese estado estamos, por eso pedimos el apoyo de nuestras autoridades, tanto municipal, departamental, nacional”, relató angustiada Julia Choque, una autoridad originaria de las comunidades Sunavi y Machacamarca, a UNITEL.
“Por favor, acuérdense de nosotros. En este estado estamos, no hay agua ¿Cómo vamos a vivir sin agua?”, es el afligido reclamo de Julia.
La autoridad cuenta que la comunidad se sostiene solo con ganado, pero éste comenzó a desfallecer de sed.
“Los ganados no tiene agua estamos sacando del pozo y del pozo a veces la motobomba se para y no sabemos qué hacer. Estamos totalmente en un momento crítico. No tenemos agua para el ganado, mucho menos para el consumo humano, ni para lavarse la mano”, cuenta y explica que el agua que se tiene en la comunidad es un “poco salada” y no sirve para cocinar.
Julia ya perdió 50 ovejas debido a la falta de agua. “Se muere de sed. La oveja solo aguanta un día (sin agua). Un día no toma y al día siguiente muere”, explica.
En cuanto al aseo, las personas deben ir hasta la población de Toledo para poder bañarse, pues priorizan la poca agua salada que tienen para su ganado. Además, este líquido también filtra a la tierra, por lo que no saben cuánto tiempo aguanten.
Los paisajes son desoladores. La tierra totalmente seca, donde antes había ríos ahora solo quedan las embarcaciones sobre arena. Y por más agujeros que se caben, no hay agua dulce.
La incertidumbre de lo que sucederá en los siguientes meses angustia a Julia, pues ve que la sequía agudiza. “No sabemos qué va a pasar los meses que van a venir”, señala.
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