Marín Condori, el orureño que tropicalizó la quinua para su producción en Santa Cruz
Tras 12 años de investigación, este orureño logró su objetivo para que la quinua se produzca en Santa Cruz. Fue el principal impulsor del grano tropicalizado de este cereal que ya se produce en el departamento cruceño
Orueño de nacimiento, pero cruceño de corazón, así identifican a Marín Condori, el investigador de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) cuyo aporte fue imprescindible para la ‘tropicalización’ de la quinua para que pueda ser producida en Santa Cruz y con ello se apunte también a su exportación.
“El tema de la quinua tropicalizada es un hito para Santa Cruz”, manifestó Vicente Cuéllar, rector de la universidad estatal cruceña.
El trabajo de Condori no fue sencillo. Fueron 12 años de investigación y a pesar de que muchos no creían que iba a lograr su objetivo, no dejó de soñar y tomó impulso logrando hacerlo realidad.
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En septiembre, 405 hectáreas de esta quinua producida en Santa Cruz ya fueron cosechadas y serán para la exportación de este alimento a China.
Los productores agrícolas no esconden su admiración. Destacan que la quinua tropicalizada se sumará a la lista de granos de gran valor en Santa Cruz con miras a abrir nuevos mercados para Bolivia.
“Se puede convertir en el grano de oro porque sabemos que este es un alimento muy apetecido en el mundo”, explicó José Luis Farah, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).
“Puede constituirse en un producto de exportación que genere divisas para el país”, manifestó Jaime Hernández, gerente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
La Cámara Departamental de Exportadores (Cadex) de Santa Cruz destacó que obtener un grano de quinua tropicalizada se convierte en un hito porque se logró una conjunción entre el sector privado, el sector público y la universidad.
Sobre el nuevo grano, Condori explicó que el ciclo de producción de la quinua en el altiplano es de cuatro a seis meses; sin embargo, en Santa Cruz este periodo puede reducirse a tres meses y además, anticipa un mejor rendimiento por hectárea.
“Podemos llegar de tres a diez veces más que el altiplano en tema de rendimiento, es decir, 1.500 kilos por hectárea hasta cinco toneladas por hectáreas”, señaló Condori.