Sociedad

Bolivia no perdió el mar por carnavalear: la historia detrás de una famosa mentira

El 25 de febrero de 1879, martes de Carnaval, el entonces presidente Hilarión Daza, se enteró que los chilenos habían dado inicio a la invasión. Fue el inicio de la guerra, pero también de una de las primeras ‘fake news’ que recorrieron Bolivia

Christopher André Díaz
16-02-2023

Llega el Carnaval, y como cada año se recuerda uno de sus mitos más extendidos: Bolivia perdió su mar por andar carnavaleando. La leyenda señala que el presidente Hilarión Daza, tras enterarse que el Ejército de Chile invadió Antofagasta se guardó la carta y decidió que la fiesta siga, lo que provocó una reacción tardía a la afrenta bélica.

Daza recibió la noticia un martes 25 de febrero de 1879. Inmediatamente conoció la terrible información ordenó suspender toda fiesta e iniciar las acciones para recuperar el territorio boliviano, había dado inicio la Guerra del Pacífico.

Aquel día llegó a La Paz, tras correr a pie 357 kilómetros, el estafeta Gregorio Collque “Coyo” y entregó la carta, escrita el 19 de febrero por el cónsul boliviano en Tacna, Manuel Granier, anunciando que las tropas chilenas habían ocupado Antofagasta.

Pero, ¿cómo surgió la mentira que se convertiría en un mito que ha trascendido hasta nuestros días? El origen de esta ‘fake news’ está en Chile, donde uno de sus historiadores- Benjamín Vicuña Mackena- señala a Daza de haberse guardado el telegrama por tres días para no interrumpir el Carnaval.

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El escritor boliviano Édgar Oblitas observa en el libro ‘Historia Secreta de la Guerra del Pacífico’ que la primera mentira que lanzó Vicuña Mackena era la del telegrama, ya que para 1879 (año que inició la contienda bélica) Bolivia no estaba conectada por cable a ninguna red del telégrafo, por lo que las noticias que llegaban de lugares alejados tardaban hasta 20 días.

Los diarios de la época, como el desaparecido El Comercio de La Paz, anunciaron la invasión mucho después de haberse hecho efectiva, precisamente porque no había otra forma de comunicarse que no sea a través del correo. Por ejemplo, el corresponsal de este diario escribió la noticia el 15 de febrero y recién se publicó el 28 de ese mes, 13 días después.

Las razones de apoyarse en una mentira y transmitirla hasta que la gente crea que es verdad son muy parecidas a lo que sucede en la época actual. Narciso Campero, que derrocó a Hilarión Daza, necesitaba que la imagen del expresidente se derrumbe para justificar sus acciones, por lo que era vital culparlo de la pérdida del acceso al mar.

“Esta disparatada acusación (que Daza se guardó la noticia), sacada de los pelos en ese momento, sembró lo que sería una de las versiones más oscuras y sesgadas de la historia de la Guerra del Pacífico, pues hasta nuestros días existen escritores y autores que siguen sosteniendo la versión”, señala el historiador Pablo Michel.

Michel relata en un escrito que durante el juicio de responsabilidades iniciado contra el expresidente Daza (en su ausencia) y su gabinete por malas decisiones y errores cometidos durante la Guerra del Pacífico –, los detractores del presidente derrocado hicieron hincapié en que “el presidente Hilarión Daza ocultó la noticia de la invasión chilena para seguir festejando el Carnaval”, lo que era falso.

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Para el historiador un suceso tan importante como el de la Guerra del Pacífico no puede simplificarse sobre la idea de que el Carnaval tuvo la culpa, ya que desde mucho antes de la misma invasión los gobernantes bolivianos sospechaban de las intenciones chilenas.

“Durante todo un año (1878) el presidente Hilarión Daza, su gabinete, cuerpo diplomático, intelectuales, militares y el pueblo en su conjunto supieron que en cualquier momento estallaría un conflicto armado con Chile; y de la misma forma se sabía en Perú. Es importante esta puntualización para desechar una vez más las ideas románticas y cinematográficas de la “invasión sorpresa”, puntualiza el escritor.

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