La historia de ‘Joakina’, la ‘narco reina’ que grababa tiktoks desde la cárcel y murió acribillada en Chile

La chilena Sabrina Durán se había rebautizado como Joakina Guzmán, en alusión al famoso capo del narcotráfico Joaquín Guzmán. Durante los años que estuvo presa, por un delito relacionado con drogas, forjó una carrera en TikTok. Desde su celda grababa videos bailando canciones de reguetón y trap, así cosechó una base de más de 300 mil seguidores.

Joakina o ‘Ina’, de 24 años al momento de morir, fue una presa privilegiada, podía acceder a un celular con conexión a internet en prisión y hacer de influencer como si fuera una chica normal. No era porque gozara de la venia de las autoridades, el poder que tenía en la cárcel lo había logrado desde muy pequeña en la calle, donde era líder de una peligrosa banda que operaba en las comunas del área metropolitana de Santiago, en Chile.

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La noticia de su muerte, el pasado martes cuando fue asesinada con siete tiros mientras iba a bordo de su automóvil, impactó a Chile y se hizo noticia internacional por lo que representaba su historia: una muestra de la “narco cultura” que ya penetró sectores de jóvenes de bajos ingresos en el vecino país.

Sabrina, a la que también llamaban ‘la narco reina de TikTok, había salido libre hace poco y tras unos años en la cárcel pudo obtener libertad condicionada, pero se sospecha que seguía implicada con organizaciones delincuenciales y que eso provocó su violenta muerte.

Joakina era la hermana menor de nueve hermanos y tenía un hijo de 10 años. Ingresó al mundo de las drogas desde muy joven, pero no como consumidora sino como líder de una organización de microtráfico que se fue haciendo más grande poco a poco. Medios chilenos vincula a la banda con la que operaba, de traficar armas y negociar con autos robados.

‘Ina’ ya se había hecho famosa en las noticias cuando cámaras de televisión lograron filmar el momento en el que escapaba por una ventana durante un operativo policial. Fue cuando la arrestaron.

Los fans de Joakina lamentaron en masa su muerte, la cuenta pasó de los 300 mil a superar los 500 mil seguidores. En los videos, donde presumía su ropa de lujo y joyas, se dejaron extensos comentarios de despedida a la influencer.

Algunos de sus últimos clip hablaban de Antonella, que era su novia, a la que le muestra los regalos que una amiga le envió. Se trata de Antonella Marchant, otra narcotraficante a la que conoció en la cárcel y que a sus 29 años es la líder de la agrupación criminal ‘Los Marchant’, un clan familiar que siembra el terror en poblaciones de la zona sur de la Región Metropolitana de Santiago.

El asesinato de Joakina, investigado como un ajuste de cuentas, ha puesto en alerta máxima a las autoridades chilenas ya que su funeral y entierro han sido calificados como actividades de “alto riesgo” por la implicación de bandas criminales con la fallecida.

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Agentes de Carabineros han desplegado un servicio especial en la población Las Praderas, en Peñaflor, donde vivía Durán. La policía mantiene contacto con la familia de la víctima, quienes temen que los asesinos de la influencer lleven a cabo otro ataque.

A finales de septiembre, el presidente Gabriel Boric envió un proyecto de ley al Congreso para limitar el tiempo como el lugar donde se celebren los funerales de “alto riesgo”, conocidos también como narcofunerales.

Es una práctica que en Chile ha ido en aumento ―se calcula que han ocurrido más de 1.700 en los últimos cuatro años― y que implica que existan cortejos que duran hasta tres días. Se llevan a cabo tanto en el barrio donde vivía el delincuente fallecido como al interior de los cementerios, donde las bandas a las que pertenecía hacen disparos al aire, lanzamiento de fuegos artificiales y explosionan bombas de ruido que atemorizan a los vecinos.