Explotación sexual en el centro minero de Mapiri es un secreto a voces

Explotación sexual en el centro minero de Mapiri de La Paz es un secreto a voces. Se conoce que adolescentes son ofrecidas por dinero y los proxenetas regentean los lenocinios.

Según los testimonios, la ruta de la trata de personas inicia en el eje troncal del país, la ciudad de La Paz, que es el otro punto de encuentro.

Ludmila, una mujer, revela que logró zafar de las garras de los proxenetas y que ahora trabaja por su cuenta, ya que antes su ganancia la compartía con los tratantes.

Mapiri es un pueblo sin ley, donde la moneda corriente es el oro. Según el último Censo, más de 13 mil habitantes viven en este municipio. En los últimos años, la fiebre del oro hizo que hombres de todo el país e incluso extranjeros lleguen a este lugar.

En estos locales las mujeres son ofrecidas como mercancía: hay camas, cuchetas, duermen todas juntas y otras habitaciones especiales para recibir a sus clientes. Todo está camuflado a puertas cerradas.

Según cuentan los testigos, antes de concretar el servicio sexual los clientes beben con las mujeres y hay gente que controla que nadie grabe ni saque su celular.

¿Cómo llegan las mujeres hasta Mapiri? Mujeres colombianas, venezolanas y paraguayas generalmente vienen desde Santa Cruz. Recorren cientos de kilómetros para internarse en la selva y prostituirse.

¿Las mujeres y adolescentes pueden dejar a tras Mapiri y volver a sus casas? Una vez que pisan el local tal vez no vean a sus familias en meses. Una deuda inventada ‘las ata’ y son explotadas por los proxenetas.

Mapiri es un punto rojo de la trata y explotación sexual de adolescentes. Crece el trabajo en el sector aurífero y en paralelo también hay mayor demanda de mujeres, víctimas de explotación sexual.